COPENHAGUE.- Los múltiples intereses económicos, políticos y sociales de 192 países son los principales protagonistas de la cumbre mundial de cambio climático que comienza hoy en Copenhague, Dinamarca.
Las delegaciones de diplomáticos y representantes políticos reunidos en esta ciudad hasta el 18 de diciembre tienen como desafío intentar negociar las bases de un próximo acuerdo internacional para reducir los impactos del calentamiento global.
Con las expectativas en alto por el anuncio de que participarán altos mandatarios de diversas potencias, incluyendo la participación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, los especialistas en el cambio climático consideran que podría darse un paso significativo en esta reunión.
Los sectores de la población con menores recursos son quienes se ven más afectados por las consecuencias del cambio climático -como inundaciones, sequías y una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos metereológicos extremos-. Por ello, uno de los puntos más álgidos en debate en esta decimoquinta conferencia anual de los países miembro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Unfccc por sus siglas en inglés) es la financiación de un fondo de adaptación que ayude a afrontar medidas en las poblaciones más vulnerables.
Otra cuestión que genera controversias, y que se ha estado tratando desde la reunión de la Unfccc realizada en Bali, Indonesia, en 2007, y que se cristalizará en esta cumbre, es qué metas de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) planteará cada país para implementar a partir de 2012, cuando finaliza la primera fase del Protocolo de Kyoto.
Ese protocolo establecido en Japón en 1997 y que entró en vigor en 2005 establece que sólo los países industrializados deben reducir sus emisiones de GEI en un 5,2% con respecto a los niveles registrados en la década de 1990.
Pero según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus sigla en inglés), se debería alcanzar una mayor reducción de GEI en el corto y mediano plazo. De ese modo, se intentaría evitar un aumento mayor a los dos grados centígrados de temperatura de la superficie del planeta con respecto al período preindustrial.
Sin embargo, en la actualidad países como Estados Unidos y Australia plantean que sería crucial que los países en desarrollo, sobre todo los emergentes como China, India y Brasil, también contribuyan legalmente a reducir sus emisiones de gases contaminantes. Algo que genera grandes discusiones y que traba en gran medida las negociaciones.
Un concepto clave de la Unfccc es la idea de "responsabilidades comunes pero diferenciadas". Esto significa que los países con una mayor cantidad de emisiones históricas a partir de la Revolución Industrial (los países industrializados) tendrían mayor responsabilidad en tomar medidas de mitigación y adaptación a nivel global.
Las emisiones de GEI emitidas por la actividad humana no sólo provienen del sector energético (con el consumo del petróleo y el carbón como principales fuentes de dióxido de carbono), sino también de la industria, la deforestación, el transporte, entre otros sectores.
Un instrumento que podría tomar fuerza durante esta reunión consiste en la reducción de emisiones de la deforestación, algo que implicaría una mayor participación de países donde existen grandes superficies de bosques nativos, incluyendo así a naciones como Brasil y hasta la Argentina.
En el abanico de opciones que se maneja, también se incluiría el impulso de las energías renovables, entre ellas, las energías solar y la eólica. Y hasta según varios especialistas en el mundo también está tomando fuerza la idea de que el desarrollo de nuevas centrales nucleares es una opción alternativa para combatir el calentamiento global, algo que genera irritación entre los ambientalistas.