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Unido, pero?. | ||
Mediante un parto traumático. Así nació en la madrugada de ayer el nuevo Comité Nacional de la UCR. La consigna era, sí o sí, la unidad del partido. No podía fracasar. Y no fracasó. Pero nació una conducción con latidos encontrados. Muy diferentes en relación a la mirada que tienen sobre el tormentoso pasado inmediato del partido. Ese tramo de historia en que un sector del partido del partido se fue de parranda con el peronismo - el cobismo -, y quienes no traicionaron y lo defendieron, los "orgánicos". Le costó mucho a estos últimos lograr la mayoría en la conducción del Comité, 17 cargos contra 15. Diferencia que meritúan como poco acorde con el despliegue de épica que durante tres años desplegaron en defensa del partido. A puro rasguño pudieron, por caso, evitar que el cobismo colocara a un hombre de su propia tropa como vicepresidente segundo: Pablo Verani. Y así, llegado el caso, estar en posición de ocupar la presidencia, que recayó en Ernesto Sanz, probado a todo o nada en la resistencia a la peronización. Los "orgánicos" tenían a su candidato: Ángel Rozas, leal a esa resistencia. Pero respaldado incluso por dos de las franjas más derrotadas del radicalismo de la última década, las de Federico Storani y Leopoldo Moreau, el cobismo intentó situar a Verani en ese espacio inventando una fórmula: que los tres vices del comité tuvieran el mismo rango. Fue uno de los dirigentes de voluntad más firme y digna del partido la que aglutinó fuerzas para frenar a Verani: Gerardo Morales. Su afecto por el rionegrino suma cero. Pero finalmente la UCR tuvo su nuevo Comité Nacional. Tiene mucho de Biblia y calefón, pero es comité. Y como decía Lisandro de La Torre, para los radicales el comité es "su savia". | ||
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