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"Perdón por el mal rato" | ||
Carta a Paloma Lamuerda Querida hija mía, el jueves 5 de noviembre pasaste un momento desagradable al esparcir las cenizas de tu padre sobre la cancha de fútbol, como era su voluntad. Nadie tenía derecho a sumar más dolor al dolor que ya sentías. Nadie tenía derecho a humillarte, a faltarte el respeto ni a arruinarte ese momento que se suponía era de paz, reflexión y armonía. Nadie tenía más derecho que vos, que sos la hija, a estar en ese momento y en ese lugar, nadie. Vos no estabas de más, ¿sabés? Jamás sientas eso. Te lo hemos dicho muchas veces con papá: vos y Julen fueron hijos muy deseados, muy buscados; el amor que sentimos papá y yo por ustedes dos nadie lo va a ensuciar. Papá sabe que vos estabas ahí y que yo te estaba acompañando como lo que soy: la madre de sus pequeños hijos. Nadie va a cambiar eso. ¿Sabés quién es la mujer más importante de la vida de papá? Vos, nunca lo dudes; andá por la vida segura y confiada del amor de papá. Si él tenía un día o un momento malo, al verte se le iluminaba la cara y le cambiaba el humor; eras su sol, su reinita, él te adoraba con toda su alma. Eso ya lo sabés: al contemplarte se derretía. Nunca le diste un disgusto: sanita, deportista, buena alumna y cariñosa... papá no pudo tener mejor regalo en la vida que verse bendecido con una hija como vos. No creas que en ese momento en la cancha de fútbol nadie pensó en vos; yo pienso en vos todos los días al levantarme y todas las noches al acostarme, en todo momento. Sé muy bien lo que sentiste, lo que no sé es cómo explicarte cómo pasó; a veces los adultos hacemos cosas que no se entienden, nos comportamos inadecuadamente, metemos la pata y hacemos macanas, no somos los dueños de la verdad y tampoco tenemos todas las respuestas. Yo, por mi parte, te pido desde lo más profundo de mi corazón perdón por haberte llevado ahí... tendría que haber sospechado que algo así podía suceder. Perdón por el mal rato, por aumentar tu dolor. Le pido a Dios con toda mi alma que sólo te acuerdes de, cuando llegamos, cómo mirábamos la magnitud de la cancha, lo verde del pasto, la bella mañana, el canto de los pajaritos y el sol brillante y dijimos "¡Qué hermoso lugar eligió papá!". Quiero que recuerdes siempre ese momento, cuánta paz había allí, y que hagas el esfuerzo, por tu bien, de quedarte con eso. Lo que sucedió después pasalo al plano del olvido, de la indiferencia; borralo de a poco de tu memoria porque nunca te va a servir para nada. Las personas que estamos con vos, que te vemos crecer, que te acompañamos en todo, que te amamos y te respetamos esperamos que no albergues en tu recuerdo algo tan feo. Y recordá que perdiste físicamente a papá pero ganaste un ángel guardián que va a estar de tu lado, cuidándote lleno de orgullo por su única hija, como siempre. Con amor, mami Claudia Herzig, DNI 16.407.191 Cipolletti | ||
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