Llegando ya el fin de año y viendo nuevamente cómo las expectativas de algunos cambios siempre son falsas, siento la necesidad de hacer conocer mi versión de lo que según algunos es una buena gestión cultural.

Soy artista plástico, profesor y técnico en Artes Visuales y docente tallerista de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Neuquén, o sea, empleado municipal, por lo que sé de antemano que esta humilde opinión me generará algunos problemas, pero no puedo seguir indignándome en silencio cuando veo el descaro con que se ostentan el gasto y los lujos que nos imponen el secretario de Cultura Oscar Smoljan y su equipo.

Ya es costumbre ver por televisión cómo este funcionario nos invita a ser parte de grandiosos eventos, muestras de Goya, Rembrandt, Picasso, el salón de no sé dónde o, como dijo en la tele hace unos días, "los mejores pintores de la Argentina", como si en la plástica existiera un ranking como en el tenis -aunque este error verborrágico es sólo un detalle que no hace más que demostrar la idea que conduce a esta gestión cultural-.

Lo importante es que veamos claramente a qué apunta esta gestión. El Sr. Smoljan se relacionó con la cultura por su condición de marchante, esto es porque vendía cuadros, y a la vista está que su valoración sobre cualquier evento o producción cultural está sujeta a qué inserción tenga dentro del "mercado cultural": si gusta en Buenos Aires... es bueno; si viene de Europa... es bueno; si estuvo en Venecia... es muy importante; si esa escultura de las bolas que está en la avenida la hizo Plaa... es buenísima aunque no conmueva ni al más sensible de los neuquinos. La hizo Plaa, que estuvo en Europa, en Venecia, ¡y es de Buenos Aires! ¡No hay dudas de que es groso!

¡Pero el arte tiene que conmover, no cotizar en la bolsa! ¿En qué cambiamos desde que vimos la Suite Vollard de Picasso en Neuquén? Todos sabemos que Picasso es bueno, ¿a vos te gusta? Mientras, los talleres barriales no contamos con los materiales mínimos ni con la más mínima promoción como para que la gente sepa que hay un profesor gratis disponible (aunque sin materiales, por supuesto) en algún rincón de Neuquén. Los artistas locales no contamos con ningún apoyo ni podemos exponer en ninguna sala porque las autoridades de Cultura realmente ignoran nuestra existencia y no dudan en descalificar el esfuerzo y la capacidad de los que producimos algo.

Hay mucho más para decir sobre Cultura municipal, pero de lo que estoy seguro es de que si Pablo Picasso fuera neuquino no habría expuesto en el MNBA.

Marcos Cornu Adamoli

DNI 22.473.873

Neuquén