| ||
Los 100 años de la escuela rionegrina más austral | ||
Festejo popular por la primaria 29 de Ñorquinco. Evocaron la figura de Roberto Barro Vidal, el fundador. | ||
ÑORQUINCO (AB).- Con un cálido acto desbordante de orgullo y de recuerdos, la escuela 29 de esta localidad festejó ayer el centenario de su creación, de la cual perduran aún como testimonio los vestigios incendiados del primer edificio. Buena parte de los habitantes del pueblo participaron de la celebración, que luego de las formalidades, los mensajes emocionados y el descubrimiento de placas se completó con el infaltable asado popular. La directora de la escuela más austral de Río Negro, María de las Nieves Pissaco, manifestó su alegría por llegar al aniversario tan esperado y convocó a trabajar "por una educación que respete la diversidad; que se abra a todos los decires, los sentires y los saberes; y que valore el saber comunitario". También rescató "el empeño y la vocación del primer maestro" que tuvo la escuela a comienzos del siglo pasado, Roberto Barro Vidal, cuyo nombre identifica hoy al establecimiento. En el acto estuvieron presentes dos sobrinas del docente fundador. Una de ellas también fue invitada a hablar y reivindicó "su obra civilizadora, su sacrificio y la soledad" a la que debió sobreponerse para sostener la escuela en sus primeros años. Ñorquinco está ubicado a pocos kilómetros de la frontera Sur de Río Negro y la chubutense El Maitén (a 35 kilómetros) es la localidad importante más cercana. Hoy cuenta con unos 600 habitantes en su planta urbana, que llegan a 2.000 al sumar la periferia rural. A mediados del siglo pasado, cuando florecían la ganadería ovina y el tren de trocha angosta, Ñorquinco fue una localidad de influencia extendida en toda la región. La única con Registro Civil y Juzgado de Paz en muchos kilómetros a la redonda. Hoy el tren es un recuerdo y sus habitantes pugnan por salir adelante con el trabajo rural, aunque muchos de ellos admiten que la economía local depende en buena medida del empleo público. Aun con esos cambios, la escuela 29 conserva su carácter de institución central en la vida comunitaria. Actualmente alberga a 115 alumnos, 15 de los cuales provienen de parajes alejados y viven en el albergue. Los chicos aportaron a los homenajes con un enorme mural que pintaron en un lateral del edificio. En la fiesta se congregaron muchos ex alumnos, algunos con recuerdos entrañables que no se privaron de relatar. Don Joaquín Saavedra, por ejemplo, tiene 81 años y vive desde hace décadas en Bariloche, donde se radicó a los 15 años para trabajar "en la limpieza del cine Central". Luego se desempeñó en gastronomía y llegó a tener su propia hostería, pero nunca olvidó a la escuelita a la que viaja periódicamente para llevar ayuda y donaciones. También participó del acto Rubén Ancalao, quien pertenece a una comunidad indígena con fuerte presencia en la región y fue alumno de la escuela en los años 60. Hoy tiene hijos en la escuela y de su memoria rescata "el compañerismo y el respeto de aquella época, que hoy ya no es el mismo". Otro ex alumno, Rubén Fernández (egresado en 1993), también reflexionó que "antes el nivel educativo era más alto". | ||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||