Hasta hace poco teníamos Docthos (del grupo Swiss Medical) como prepaga y, además, una obra social. Lamentablemente mi esposo fue despedido del trabajo y la empresa a la que pertenecía propuso a la prepaga para que continuáramos teniendo cobertura médica, pero nos quedamos sin la obra social que por ley corresponde durante los tres meses posteriores al despido.
Mi hija de tres años presenta hipoacusia bilateral profunda. Desde hace tiempo se programó la cirugía para la colocación del segundo implante coclear en la ciudad de Buenos Aires, debido a que este tipo de intervenciones no se realiza en la provincia del Neuquén ni en la zona. La obra social pagó el implante y aprobó la cirugía, pues mi esposo estaba trabajando cuando se efectuó el pedido y ésta recibía los aportes correspondientes.
A partir del despido Docthos sería nuestra única cobertura médica.
Los inconvenientes con la prepaga no tardaron en llegar. En octubre pasado a mi hija se le formó un absceso con líquido interno sobre la cirugía del implante coclear que ya tiene colocado en su oído derecho, debido a una otitis mal curada. Su médico otorrinolaringólogo de Neuquén determinó a través de una tomografía y un análisis que era de extrema urgencia derivarla a Buenos Aires para que la tratara su cirujano.
Auditoría de Docthos, a pesar del pedido de su médico, no tramitó esa derivación con la extrema urgencia solicitada por el profesional. Cabe aclarar que, si no hubiéramos tratado este inconveniente rápidamente como lo hicimos, a mi hija podría habérsele producido meningitis... y Docthos seguía diciendo que no era urgente. En un primer momento nos dijeron que la derivación había sido aprobada y fuimos en nuestro vehículo particular, ya que en avión se corría el riesgo de que la presión pudiera hacer estallar su tímpano y la situación se complicara aún más (según recomendación médica). Cuando llegamos a Buenos Aires en la madrugada nos encontramos con que no había sido hecha la reserva del hotel, porque realmente no se había autorizado la derivación como nos habían informado. Luego, cuando hicimos el reclamo correspondiente en la sucursal Arenales de Swiss Medical, nadie sabía de la derivación y menos aún de la urgencia y gravedad de la situación. ¿Acaso hubo abandono de paciente?
Resumiendo: nosotros logramos a través de los certificados médicos que nos aprobaran la estadía aunque este tema debería haberlo resuelto Docthos, pues Neuquén le echaba la culpa a Auditoría Médica de Buenos Aires y ellos a su vez a Neuquén.
Los inconvenientes continuaron, lamentablemente. La fecha de cirugía del segundo implante se propuso inicialmente para el 20 de octubre, pero debió ser postergada porque mi hija se encontraba enferma. Se reprogramó para el 2 de diciembre. El pedido de derivación para la intervención quirúrgica se presentó en Docthos con más de dos semanas de antelación. En la filial Neuquén nos informaron que la derivación estaba aprobada (como la vez anterior), pero el viernes previo a viajar me enteré de que no habían gestionado el traslado, sólo la estadía... ¿cómo pretendían que fuéramos a Buenos Aires?
Siendo la hora de cierre de la sucursal de Swiss Medical Neuquén, nos dijeron que no reconocían el traslado aéreo. Alegaron que como la discapacidad no era motriz podíamos viajar en colectivo de larga distancia o en un vehículo particular, aunque en tres oportunidades anteriores Docthos sí nos había cubierto los pasajes en avión. Teniendo en cuenta la edad de mi hija, es muy difícil que llegue descansada luego de tan largo viaje para una cirugía compleja, sin contar que debe tener el menor tiempo de exposición con personas previo a la cirugía debido a su patología respiratoria de base y a las posibilidades reales de contagio. Estos factores influirían negativamente en mi hija y podrían afectarla de tal manera que no fuera posible la cirugía. Auditoría Médica evidentemente no lo tuvo en cuenta, aunque tiene conocimiento de la situación.
¿Acaso Docthos está respetando los derechos del niño? ¿Está cumpliendo con la ley de discapacidad? Cabe aclarar que mi hija posee certificado de discapacidad otorgado por el Ministerio de Salud de la Nación.
¿Por qué debemos como padres luchar tanto por lo que corresponde para nuestros hijos? ¿Acaso existe algún organismo que regule a las prepagas para que no cometan abusos y cumplan las leyes?
No podemos quedarnos callados y aceptar sumisos lo que nos dicen, pues si así lo hiciéramos en el momento de necesitar atención médica no la tendríamos.
¿Hasta cuándo hemos de soportar este maltrato y esta desconsideración? Sinceramente, espero que con esta nota se pueda reflexionar y tomar las medidas necesarias para que no se cometan más injusticias y menos aún se juegue con la salud de nuestros hijos. Sólo confío en que Dios hará justicia.
María Rosa Morelli, DNI 22.049.723 - Neuquén