PARÍS (DPA).- En sus tiempos de futbolista profesional, Eric Cantona llegó a ser un auténtico gamberro, más temido por su fuerte carácter que por sus goles. Hoy, unos doce años después de haber colgado los botines, este francés de 43 años ocupa titulares por su sensibilidad artística: se ha convertido en un actor de respeto.
Con su última película "Looking for Eric", del afamado director Ken Loach, Cantona lanzó su carrera internacional, al tiempo que los colegas y los medios lo llenan de elogios.
Sin embargo, esta estrella de Hollywood "en construcción", sueña menos con un premio Oscar y mucho más con un retorno al fútbol profesional, de preferencia como entrenador de su antiguo club inglés Manchester United. "No sé cuantos años tardará esto en convertirse en realidad, pero mi nombre ya está escrito en el banco del Manchester United. O es ManU o nada", afirma este hombre. Cantona admite que cómo máximo, podría imaginarse también como entrenador de la selección nacional de Inglaterra.
Está claro que Cantona no olvidó a Inglaterra. Una oferta de aquel país lo "salvó" cuando, a principios de los noventa, nadie lo quería contratar en su tierra natal. El delantero, a pesar de su fútbol espectacular que lo hacía uno de los mejores jugadores galos, era "persona non grata" entre sus compatriotas, debido a los constantes incidentes con árbitros, rivales y compañeros de equipo, con funcionarios y periodistas. Con sólo 28 años, estuvo a punto de terminar su carrera prematuramente. Pero llegó una oferta del Leeds United, dónde jugó unos meses, y luego la transferencia al Manchester que iniciaría una época mítica para los "reds". En Manchester, Cantona es idolatrado aún hoy en día, casi como un Dios. Lo aman tanto los trabajadores de esta triste ciudad industrial.
Realmente no causa sorpresa alguna que Cantona haya elegido Manchester para rodar su primera película internacional, y que Ken Loach, fanático del ManU, lo haya elegido a él. En el nuevo film de Loach, que recibió muy buenas críticas y más carcajadas aún en los festivales de cine de Cannes, Berlín y Valladolid, Cantona se interpreta a sí mismo, aunque en forma de "espíritu" y con carácter de "niño bueno".
En el filme, "salta", por así decirlo, de un póster colgado en una pared para convertirse en el guía espiritual de un cartero inglés en crisis existencial. La película trata de amistad, familia, amor. También compara, a pesar de no ser un largometraje sobre fútbol, al ultracapitalista fútbol actual con el mucho más romántico de hace unos años, cuando el dinero jugaba un papel menor. Para Cantona, es algo así como la "redención definitiva" y en pantalla grande, ya que en su tierra natal parecen haber olvidado los episodios negativos que convirtieron a Cantona en un hombre tan odiado como lo es en Argentina el "ex Dios" y hoy alicaído Diego Maradona.
"El Rey ha regresado", tituló el reputado periódico francés "Le Figaro", por "Buscando a Eric". Sus compañeros se deshacen en elogios. "Él no se ha convertido en artista, siempre lo fue", dice el actor Daniel Russo.
Cantona fue uno de los jugadores más espectaculares de su tiempo y sus cualidades artísticas se verán en la pantalla. Pero en su fuero más íntimo, él sigue soñando con el balón. "Yo tengo mis convicciones y por ello, quiero hacer al papel de entrenador de fútbol como un auténtico artista", promete.