La cosecha de manzanas sufrirá un fuerte ajuste esta temporada. En promedio, se espera una producción en torno a las 700.000 toneladas, cifra que muestra una caída cercana al 30% respecto del año anterior. Datos más pesimistas ubican este desplome más cerca del 40%. Las principales causas de esta merma están dadas, por un lado, por el "añerismo" natural de las plantaciones de manzana que durante la temporada pasada presentaron un alto nivel de producción y, por el otro, por las heladas tardías que afectaron parte de la floración del monte en los meses de primavera.
El principal daño se observa en la variedad Red Delicious, mientras que tanto la Gala como la Granny muestran producciones "con leves pérdidas respecto del año pasado", tal lo señalado por los productores y técnicos de empresas encuestados por "Río Negro Rural".
En lo que respecta a peras, las primeras estimaciones privadas -no oficiales- destacan que se espera una caída de la producción para la próxima temporada algo mayor al 10%, previéndose una cosecha de unas 650.000 toneladas -volumen que representa unas 100.000 toneladas menos que las consignadas en el pronóstico del 2008/2009-. Las causas de esta merma están dadas exclusivamente por las bajas temperaturas que afectaron la región durante septiembre y octubre de este año.
¿Cómo afectará al mercado?
Las primeras estimaciones señalan que las mermas en manzana para la próxima temporada alcanzarán las 250.000 toneladas.
El volumen es importante, pero hay que tener en cuenta algunos puntos dentro de este análisis para proyectar hacia dónde puede ir la temporada.
Computando de antemano que el año tenga un desarrollo normal -cosa que a esta altura parece algo complicado de formalizar- la lógica indica que:
- Una simple ecuación de equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado define que, frente a esta menor producción, los precios deberían elevarse. En general el P (precio) x Q (volumen) ha mantenido históricamente cierto equilibrio en la región.
- En el caso específico del Valle este escenario también dependerá de las cosechas de manzanas en el resto de los países del hemisferio sur y de los stocks de fruta existentes en el hemisferio norte a partir de febrero próximo, que es cuando ingresan al sistema comercial las manzanas argentinas. Si ambas variables están hacia arriba, es decir, hay mayor cosecha en el hemisferio sur y crecientes stocks en el norte, la ecuación mencionada en el primer punto tendrá dificultades para poder cumplirse.
- El menor volumen de cosecha en nuestra región permitiría el desarrollo de una mejor fruta en las explotaciones. Esto determinaría que los envíos al mercado en fresco podrían crecer en relación con el total de lo recolectado. La cosecha efectiva (pronóstico menos pérdidas) sería mayor en valores relativos respecto del 2009. También habría que prever, en este escenario, un menor nivel de descarte respecto del consolidado este año, que fue alto en relación con la media histórica.
- De cumplirse estos preceptos, restaría saber cuál sería el rol de la industria. De entrada, este sector de la actividad tendría menos fruta para su molienda (si se cumpliera el supuesto de que una mayor cantidad se orientara al fresco). Este escenario permitiría inferir que el precio de la industria subirá para el productor ya que, al existir una menor oferta, los valores tenderán a subir. En las compras de la industria también se observa que el histórico P x Q se mantiene con cierta estabilidad. Hay otro factor que también cambia en la próxima temporada la ecuación de equilibrio en el mercado respecto de este sector: la aparición de un nuevo "jugador fuerte" que pujará por fruta para poder cumplir con sus compromisos. El tema aquí, al igual que en fresco, es saber cuánto está dispuesto a pagar el mercado internacional por el galón de jugo en la próxima temporada.
Empresas complicadas
El inconsciente colectivo del Valle refleja que cuando "falla" la cosecha los productores mejoran sus utilidades y los empresarios ceden rentabilidad. No es que exista una mejora en la distribución por el "efecto Moreno"; sencillamente existe una cuestión de mercado: ante la falta de fruta, ésta vale más.
En un escenario como el que se prevé para el próximo año, las grandes empresas se encontrarán en problemas. El tema es sencillo. Muchos productores apostarán por guardar manzana en frío a la espera de mejores cotizaciones en el segundo semestre del año, teniendo en cuenta la menor cosecha que se avecina. Brasil y el mercado interno, dos de los destinos donde las pequeñas y medianas empresas se manejan sin problemas, van a mantener firme su demanda. En definitiva -en un contexto de menos fruta- si aumentan los volúmenes hacia Brasil y el mercado interno y crece la posición de manzanas en frío, un menor volumen se terminará orientando hacia ultramar. Para modificar este escenario las empresas tendrán la opción de mejorar los precios para conseguir más volúmenes hacia ultramar. Las grandes empresas, con fuerte componente de costos fijos por su estructura, deberán lidiar con altos costos de producción en el campo y baja productividad en los servicios, dos variables determinantes para cualquier firma frutícola.
Unas 100.00 toneladas menos de peras
Los pronósticos privados detallan que en la próxima temporada habrá alrededor de 100.000 toneladas de peras menos en relación con el período 2008/2009. En definitiva, habrá que esperar un volumen comercializado similar, ya que durante este año se perdió mucha pera por los problemas sindicales de principios de año que afectaron la recolección de Williams.
Según fuentes de la Secretaría de Fruticultura de Río Negro, cerca de 115.000 toneladas se perdieron este año por las causas mencionadas. Esto determinará un escenario similar en cuanto a volumen respecto de la presente temporada. Lo que hay que ver cómo evoluciona es la calidad de la fruta a cosechar y la demanda internacional de este tipo de producto a partir de enero próximo.