RUSIA.- Un centenar de personas murió ayer a causa de una explosión en un café de la ciudad rusa de Perm, cerca de los Montes Urales, al centro de ese país. Eran las 23.15 en el lugar de la tragedia (17.15 en Argentina) cuando un estallido iniciado por la manipulación negligente de pirotecnia desencadenó la tragedia. En un primer momento se pensó en un nuevo atentado, pero con el correr de los minutos se descartó la hipótesis.
Los primeros informes indicaban anoche la muerte de "más de 90 personas" pero eran horas decisivas para decenas de víctimas que resultaron seriamente lesionadas, por lo que el balance total era impreciso aún. "Los cuerpos han sido evacuados del lugar de la explosión", declaró poco después de la catástrofe el ministro de Seguridad de la región de Perm, Igor Orlov.
La explosión accidental de fuegos pirotécnicos fue en un café de Perm donde se encontraban al menos 200 personas, en su mayoría empleados del café y sus familias, quienes festejaban el octavo aniversario del bar llamado "El caballo cojo en Perm".
Según indicó la agencia de noticias Interfax, "el accidente fue causado por la violación de las instrucciones para lanzamiento de fuegos pirotécnicos", dijo Vladimir Markin, investigador de la fiscalía rusa. El mismo funcionario fue el encargado de desmentir la hipótesis de un nuevo acto terrorista en ese país.
Más de 60 personas debieron ser hospitalizadas de urgencia, con quemaduras y principio de intoxicación. La mayoría de las víctimas fatales murió a causa de la inhalación de monóxido de carbono, aunque también hubo lesionados por la estampida humana que se generó por el pánico entre los presentes.
La tragedia, que se desencadenó por la explosión de un primer "cohete" y dio paso a las incontrolables llamas, conmocionó a Rusia. El canal de televisión de ese país "Vesti-24" mostró en vivo imágenes de los rescatistas literalmente "apilando" los cuerpos en una calle en las afueras del local.
Perm tiene una población de 1,2 millones de habitantes y es la sexta ciudad más grande de Rusia. El siniestro llegó en un momento en que la amenaza terrorista es "muy alta", según había reconocido el día anterior el propio Vladimir Putin, primer ministro ruso. La semana pasada, por caso, 26 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en un atentado con una bomba en un tren expreso que iba de Moscú a San Petersburgo. Militantes islámicos chechenos se adjudicaron el atentado.