Una ráfaga de optimismo atraviesa al gobierno. El secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, dijo el martes en San Martín que Chihuido I es el "buque insignia" del plan hídrico de la actual administración. Con semejante espaldarazo, en los círculos áulicos del gobierno local se entusiasman con la posibilidad de que la adjudicación se concrete en los próximos días -el ganador sería el consorcio que integran Electroingeniería, OAS, CTC e Hidrocuyo- y antes de fin de año Cristina aterrice en Neuquén para poner la piedra fundamental del proyecto, que promete ser motor de la economía local durante los próximos años.
No fue la única buena nueva que por estos días acarició el humor oficial: con la aprobación de la reforma tributaria -que permitirá embolsar unos 230 millones de pesos extras al año-, las regalías adicionales provenientes del gas de arenas compactas y del descubrimiento de un nuevo, importante, yacimiento de petróleo por parte de YPF y la renovación de los bonos de Sobisch por 200 millones de pesos -una jugada que permitirá patear para adelante los plazos de gracia de la pesada deuda pública-, Sapag se ilusiona con la posibilidad de dejar atrás el arduo 2009 para encarar un 2010 con viento a favor, algo indispensable para consolidar su gestión y asegurarse la reelección.
Con esta perspectiva, no es casual que el sapagismo haya preparado tres actos de campaña para el 17, el 18 y el 19 de diciembre en el norte, en el sur y en un barrio de la capital. No se tratará de expresiones masivas como el que pretende realizar Sobisch el 11 de diciembre en el Ruca Che. "Jugar al pastor electrónico con gente traída a cambio de un sánguche no agrega nada. Haremos actos de gobierno con gente que participe en serio", explicó un operador próximo al gobernador.
En el oficialismo descartan que el de Sobisch será un acto "de autodefensa" para intentar frenar a la Justicia pero que "no lanzará ninguna candidatura". Aseguran que la declaración del ex presidente del BPN Félix Racco en el caso Temux, en la que pidió que se investigue al ex gobernador, tiene mucho que ver con eso. Afirman que el ex mandatario no podría competir en una interna abierta y menos aún en una elección general, aunque admiten que en el partido conserva "un poder de destrucción" consistente. Descuentan que el sobischismo será un condimento necesario en el 2011, pero no un competidor.
Para el sapagismo, el verdadero fantasma es la posibilidad de que la oposición extrapartidaria, a pesar de sus incontables desencuentros, se termine uniendo y esta vez se quede con algo más que los municipios más importantes de la provincia. En ese tren de cosas, no descartan que en el 2011 el MPN tenga que marchar por primera vez en algún tipo de alianza.
Precisamente, trascendió que Sapag se habría entrevistado con Kirchner y éste le habría ofrecido la posibilidad de "ir unidos" a la próxima elección presidencial. Acaso integrando una fórmula que llevara a Sapag a la cabeza y a alguna figura kirchnerista de acompañante.
De hecho, en el entorno del gobernador descuentan que el ex presidente es quien lleva las riendas y que merced a su astucia el gobierno nacional ha logrado dejar atrás la derrota electoral y recuperar la iniciativa. Piensan, también, que hasta ahora la sociedad con los Kirchner ha servido nada más que para aguantar chubascos y que, si el matrimonio presidencial logra salir a flote, llegará el momento de cobrar dividendos.
La reunión de Sapag con Kirchner fue confirmada por una fuente del gobierno nacional. No obstante, la fuente destacó que la condición necesaria para marchar juntos en el 2011 sería el respaldo irrestricto al kirchnerismo.
En realidad, es poco probable el horizonte de un MPN frentista. Para empezar está el escollo de la Carta Orgánica partidaria, que hoy no autoriza semejante jugada. Eso, sin contar con que el sapagismo podría ser señalado como "traidor" por el sobischismo e inclusive empujado a dejar el partido.
El optimismo oficialista contrasta con la persistencia de la protesta gremial que, si bien se ha tornado menos virulenta por la llegada de fin de año y el cansancio de la militancia, con seguridad se reactivará a comienzos del año próximo. En el oficialismo, con todo, no ignoran que éste es uno de los mayores interrogantes para el año próximo. "Un aumento a uno solo de los sectores estatales podría romper el dique y echar todo a perder", confió un colaborador del gobernador.
El buen humor oficial se da de narices también con la lectura que hace uno de los líderes de la oposición. En una entrevista que se publica hoy en este diario, Quiroga destaca el lado oscuro de las cuentas oficiales: asegura que el déficit real es de alrededor de 1.000 millones, que los ingresos aumentaron un 9% y los gastos el 26% y que la tendencia "indica que en el corto plazo la provincia se estrella".
"Pechi" está librando su propia pulseada para encolumnar el sector del radicalismo que expresa Farizano detrás de su proyecto para el 2011, un proyecto que tiene como eje excluyente la candidatura de Cobos y como requisito esencial el desplazamiento hacia la derecha de todo el radicalismo.
Es una apuesta fuerte en la que Quiroga no las tiene todas consigo. Quienes comparten esa lectura ya le han expresado su simpatía. Pero otro amplio espectro radical y no radical no quiere saber nada con ella, y el ex jefe comunal ya experimentó lo que es retar al MPN sin juntar a todo el arco opositor.
Quien parece no seguir una política clara al respecto es Farizano. Por necesidades de la gestión, el intendente se ve precisado a mantener buena relación con el gobierno nacional y a conservar la alianza que lo llevó al poder. Pero la reciente expulsión de Escobar del gobierno aparece como una concesión al quiroguismo que amenaza el futuro de la coalición. Después de todo, en su seno las "indisciplinas" no son ninguna novedad y Quiroga no ha cesado de denostar a gremialistas y piqueteros. En realidad, más temprano que tarde Farizano deberá decidir entre llevar hasta el final su complejo proyecto "plural" y encolumnarse sin chistar detrás de Quiroga.