LA PAZ.- El presidente boliviano, Evo Morales, no sólo aspira a ganar el domingo en las urnas por amplio margen como anticipan todas las encuestas, sino que busca tener el control de todos los poderes para avanzar en su llamada "revolución democrática y cultural" de tinte socialista e indigenista en Bolivia.

Los bolivianos elegirán el domingo presidente, vicepresidente y 166 parlamentarios, mientras que cinco departamentos y una provincia celebrarán un referéndum sobre autonomía departamental y regional y otros 12 municipios se pronunciarán sobre la autonomía indígena.

El gobernante del MAS es amplio favorito para ganar la presidencia, con más del 50 por ciento de la votación, pero busca la mayoría absoluta parlamentaria para poder aprobar las leyes claves del país. "Evo Morales apunta a ganador y sólo resta saber el margen de su triunfo", declaró el analista político Carlos Cordero.

Aunque parece poco probable que logre el 70 por ciento de la votación, aspiración proclamada por algunos dirigentes del MAS, es la primera vez que un líder indígena logra reunir el apoyo de amplios segmentos de la sociedad.

Tras asegurarse el apoyo de indígenas, campesinos y las clases más empobrecidas del país, el MAS ha intentado seducir a la clase media que se ha mostrado reacia a su proyecto. "Morales quiere gobernar más al centro", dijo Jean René García, investigador en derecho del Centro de Investigaciones y Documentación sobre América Latina (CREDAL). Las encuestas proyectan el triunfo del mandatario indígena con un margen superior a los 30 puntos sobre su inmediato seguidor en las intenciones de voto. Un último sondeo difundido el miércoles pasado por varios diarios bolivianos otorga a Morales el 52,6 por ciento de las preferencias, contra el 21,1 por ciento del candidato conservador, el ex militar Manfred Reyes Villa, y el 9,4 por ciento del industrial cementero Samuel Doria Medina.