WASHINGTON.- Estados Unidos se mostró ayer "decepcionado" por el rechazo del Congreso hondureño a devolver al poder al presidente derrocado Manuel Zelaya, pero respetó su decisión, mientras que la Unión Europea lo lamentó y señaló que el voto iba a complicar la situación.
En este contexto, el presidente electo Porfirio Lobo instó ayer al gobierno de facto a establecer una comisión de la verdad y otra de verificación del Acuerdo Tegucigalpa-San José para resolver la crisis política y que permita reanudar las relaciones con otros países.
Lobo formuló sus declaraciones a la Radio HRN luego que en la víspera el Congreso rechazara la reinstalación en el poder del destituido Manuel Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
"Con la decisión del Congreso, se está cumpliendo el Acuerdo Tegucigalpa-San José... y está pendiente la integración del gobierno de reconciliación y de la comisión de la verdad en este periodo´´, dijo Lobo a la emisora.
El gobierno estadounidense se congratuló de dicho llamado.
Sin embargo, durante la jornada EE. UU. había manifestado su inquietud por la situación institucional del país tras las elecciones del domingo pasado. "Estamos decepcionados por esta decisión, porque esperábamos que el Congreso aprobara su restitución", declaró el vicesecretario de Estado norteamericano para América Latina, Arturo Valenzuela, en teleconferencia con periodistas.
"Sin embargo, la decisión, que fue realizada de una manera abierta y transparente, cumple con su mandato" estipulado en el artículo 5 del Acuerdo de Tegucigalpa-San José, que firmaron el régimen de facto y el propio Zelaya para salir de la crisis, añadió Valenzuela.
"La UE lamenta que el resultado de las deliberaciones del Congreso hondureño no parece que vaya a facilitar una solución a la crisis política en el país", señaló en Bruselas Lutz Güllner, portavoz de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.
Los 27 "exhortan a todas las partes a buscar una solución para alcanzar la reconciliación nacional y restablecer el orden constitucional y democrático en el país, esperando que asuman su completa responsabilidad al respecto", agregó.
Para Estados Unidos, el Acuerdo de Tegucigalpa-San José, negociado bajo su directa supervisión, marcó el rumbo de la crisis, y fue más bien Zelaya el que tomó una actitud "negativa" al rechazar las elecciones del pasado domingo.
Los comicios dieron como próximo presidente al conservador Porfirio Lobo, del Partido Nacional, por clara mayoría.
"En términos de lo que ocurrió en las últimas dos semanas, el presidente Zelaya tomó un rumbo negativo respecto a las elecciones en su propio país y al artículo quinto del Acuerdo" de Tegucigalpa-San José, sobre la votación del Congreso, explicó una alta fuente diplomática estadounidense bajo anonimato.
"No sabemos si el resultado hubiera sido diferente si él hubiera tomado una actitud más positiva", añadió.
La salida a la aún delicada crisis hondureña, con tres presidentes, uno de ellos refugiado en una embajada asediada por la policía hondureña, pasará forzosamente por la formación de un gobierno de unidad nacional, consideró Valenzuela.