Jueves 03 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 30 > Sociedad
Aparecieron sanos, 60 horas después de su extravío
Deportistas estaban en un claro del bosque en el Parque Lanín. Dijeron que los frenó la apretada vegetación.

SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Final Feliz, aunque no exento de angustia hasta último momento para los familiares que aguardaban la llegada de la embarcación de Prefectura, con los cuatro deportistas de los que nada se sabía desde el domingo, cuando emprendieron una excursión de travesía por el área Lácar del Parque Nacional Lanín. Llegaron al muelle sanos y salvos y con una afirmación que sorprendió a más de uno: "no estábamos perdidos, estábamos demorados por los cañaverales".

Cansados, sucios de barro y sudor, con marcas en las prendas y en la propia piel por la natural agresividad de una vegetación que se cierra como cortina cuando se intenta atravesarla, así bajaron de la nave "Huala" de Prefectura Naval, que los había recogido en Pucará.

A esa zona del Lácar, antiguo enclave maderero al otro lado del sector Huam Hum, llegaron los excursionistas para toparse con una de las tres comisiones que desde el alba del pasado lunes peinaban la zona en procura de dar con ellos, los neuquinos Luis Peretta, Matías Rodríguez, Juan Cabezas y Sergio Haramisiuk.

Varios de sus familiares y amigos que habían arribado desde Neuquébn, esperaban en el muelle Lácar, sobre la cabecera oriental del lago, donde también se habían reunido oficiales y agentes de las distintas fuerzas intervinientes en los operativos de rescate, reporteros, personal del hospital y de Bomberos.

Cuando los deportistas pusieron pie sobre el entablonado del muelle, varios de los familiares se confundieron en un prolongado abrazo. Hubo llantos.

Pero, en verdad, los cuatro neuquinos se mostraron tranquilos, como si acabaran de cerrar una extraña aventura que aún no alcanzaban a dimensionar. El caso es que la búsqueda de tres días alcanzó los portales de casi todos los medios del país, y movilizó a decenas de personas entre rescatistas y personal encargado de la logística.

"Perdidos, no. No estábamos perdidos, en ningún momento extraviamos el camino... El problema, simplemente, es que no había camino, no había senda, por lo que tuvimos que subir y bajar al río (Pucará) para finalmente atravesar los cañaverales. Eso fue lo que nos demoró".

Así graficó la odisea Sergio Haramisiuk, pero con un tono mesurado y casi académico.

En rigor, los cuatro debieron realizar un movimiento de zig zag entre la costa y el monte de cañas colihue, para poder continuar camino desde la partida en Quila Quina hasta el área Pucará, destino al que tenían previsto llegar el domingo por la tarde. Arribaron alrededor de las 10 de la mañana de ayer, casi 60 horas después.

Haramisiuk echó por tierra con una de las versiones que corría en la ciudad, y que también se manejaba entre los rescatistas como una de las hipótesis posibles. Se especulaba con que uno de los expedicionario pudiera haber sufrido algún tipo de accidente, retrasando la marcha. Se decía que podían haber decidido mantenerse juntos, para evitar males mayores. Pero nada de eso ocurrió.

Haramisiuk explicó que "no tuvimos ningún inconveniente; manejamos nuestros tiempos, hicimos un uso racional de la comida que llevábamos y avanzamos cada día tanto como pudimos. Sólo nos demoramos".

Ante una pregunta, admitió que imaginaban que estaban siendo buscados, pero "nunca pensé que nos iban a buscar desde el mismo domingo".

Guardaparques del Parque Nacional Lanín y del vecino Parque Nacional Nahuel Huapi, personal del GEOP de la Policía neuquina, de Bomberos Voluntarios de San Martín, del Ejército, de Prefectura y baqueanos, formaron parte de los operativos de búsqueda y rescate. La coordinación y el apoyo logístico estuvo a cargo del Departamento de Incendios, Comunicaciones y Emergencias del Parque Lanín.

Sin embargo, como se señaló, los deportistas llegaron a destino y fue allí, en el claro de Pucará, donde se encontraron con una de las comisiones.

Atrás habían quedado varias jornadas de travesía por una porción de selva valdiviana, que rodea la margen sur del lago Lácar. El circuito, que habían diseñado antes de la partida, abarcaba unos 30 kilómetros de caminata.

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