Jueves 03 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 26 > Sociedad
Otra edición para libro de un pueblo fantasma

NEUQUÉN (AN).- El hombre era hijo de un minero y había nacido en San Eduardo. Cuenta que le daba vergüenza decir de dónde era pues el lugar ya no existe. Cuando el caso de San Eduardo fue rescatado en un libro, el hombre agradeció y desde aquel día dice: "nací en un lugar que ya está en la historia". Es que San Eduardo es el primer pueblo fantasma de Neuquén. Pero desde que se publicó su historia (entre 1940 y 1960), la de su gente y la de mina de carbón (asfaltitas) que le dio vida, el lugar recibe visita de viejos habitantes y de muchos otros. Y entre otras cosas, hay placas, un mástil y una declaración de sitio histórico de la Legislatura de Neuquén.

La anécdota la cuentan los autores en el prólogo de la segunda edición de "San Eduardo, volver en la memoria", escrito por los investigadores Carlos Lator, Cecilia Arias, Marta Cabrera, María Cristina Barañano y María Teresa Alarcón. La obra -de la editorial Educo de la UNC- fue reeditada diez años después de su primera edición pues la primera se agotó. Es que el trabajo despertó un increíble fenómeno de nostalgia que motorizó el reencuentro de cientos de mineros y familiares quienes vivieron en San Eduardo.

El rescate de la ruinas de San Eduardo fue un coletazo de la publicación a lo que se sumó la llegada de un programa radial de cuecas y tonadas del norte neuquino (conducido por Carlos Monsalve) desde donde se organizaron procesiones hasta la boca de la mina. Y hasta allí van a fines de marzo, decena de veteranos mineros, algunos de Neuquén, muchos del norte y otros de lugares mucho más lejanos.

"Fue muy placentero para nosotros ver a lo largo de estos años libros desarmados, ajados por el uso, con anotaciones y correcciones que lo enriquecieron aún más y otros, en cambio, conservados celosamente (...). Cuando esto ocurre, cuando la gente se apropia de los resultados de un trabajo de investigación y lo convierte en un bien social, el historiador cumplió su cometido", se lee en la contratapa.

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