Jueves 03 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 42 > Cultura y Espectaculos
El disco de dos virtuosos caballeros

Esperar no ha sido en vano. El disco de Andrés Furh refleja en distinta medida todos esos años de trabajo y perfeccionamiento que lo llevaron al lugar que hoy ocupa por derecho propio en el jazz nacional.

La sociedad con Ernesto Amstein no podía ser más lucrativa en términos artísticos. La increíble capacidad que tiene Fuhr de recuperar el sentido de lo íntimo a través de la música se hace presente una y otra vez a lo largo del disco como una energía submarina, como un flujo que empuja y seduce desde un espacio misterioso.

El disco es un diálogo continuo, un relato que se construye en tramos concebidos en geografías distintas pero que al final siempre congenian. Dos caballeros dejándose un lugar para que el otro cruce la calle.

"A pesar del viento" es un viaje, un transcurrir hacia texturas, aromas, pesos y contrapesos que se dejan sentir y al mismo tiempo piden, con elegencia aunque con insistencia, que les hagan un lugar en la agenda del día.

A pesar de que sus intérpretes son dos jóvenes músicos, no se trata de un disco experimental. Es más bien una obra plena que brinda un rico y sustancioso homenaje al género que la convoca.

Suaves y exquisitos trazos pianísticos completan el virtuosismo de Furh que sabe cuales son las claves de una frase equilibrada.

El resto de los músicos -Pablo Venegas, Laura Furh, Mauricio Costanzo- apuntalan con suficiencia una obra de alto vuelo.

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