Jueves 03 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 31 > Policiales y Judiciales
Crimen de Agostina: la querella espera perpetua
"La principal confesión fue su torpeza", afirman. Creen probados el ensañamiento y la alevosía.

CIPOLLETTI (AC).- El querellante Jorge Crespo considera que hay prueba "abrumadora" en contra de Alex Hernán Velásquez Barrientos, el único imputado por el crimen de la joven de Fernández Oro, Agostina Mazzina (17). Espera que el Tribunal lo condene a prisión perpetua.

"Ya no quedan más dudas de quién fue el autor y cómo fue este hecho. Creo que gracias a Dios no va a ser un juicio impune en la provincia de Río Negro", opinó.

Dijo que más allá de la confesión que hizo el imputado ante autoridades policiales -que no puede ser utilizada como prueba- y los testimonios que reflejaron la "obsesión" del acusado hacia la víctima, lo comprometen "seriamente" dos pericias: una papiloscópica y otra de ADN.

La huella se encontró en la ventana por donde ingresó a la habitación ubicada en el primer piso de la casa de los Mazzina. Ese rastro estaba impreso en la parte exterior y "se correspondía con el dígito pulgar izquierdo" de Velásquez. Los peritos encontraron 19 puntos característicos, de los 9 ó 12 que se toman para dar identidad. Por otro lado, la sangre. En el tejado de la vivienda se colectaron manchas que por sus características, pertenecían al autor. Cuando lo detuvieron, Velásquez Barrientos tenía una herida cortante en la zona de los dedos. Luego, con una pericia de ADN, se determinó que esa sangre era del imputado.

"La principal confesión es su torpeza cuando quiso escapar de la escena del crimen. Dejó una huella y sangre", remarcó el abogado de Alicia Fernández, mamá de Agostina.

Poco después de ser detenido Velásquez Barrientos (29) dijo ante autoridades policiales -con la presencia de testigos- que en la madrugada del 31 de enero se levantó "con ganas de matar". "Esa noche la voz me dijo que tenía que ir ahí", le manifestó a uno de los policías, refiriéndose a la casa de la víctima.

Esta confesión ni se mencionó en el debate como tampoco la utilizó el juez de instrucción que lo procesó por "homicidio agravado por haberse cometido con ensañamiento y alevosía".

"El valor convictivo de la prueba colectada me permite dispensar su análisis, más allá de la limitada validez indiciaria que se le podría otorgar", dijo por entonces el juez Gustavo Herrera. Crespo coincidió. Dijo que las pruebas que se colectaron son "abrumadoras". "Creo que está acreditada la alevosía y el ensañamiento. No existe ningún atenuante. Por eso voy a pedir prisión perpetua, que es lo que establece el Código", adelantó el querellante.

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