BUENOS AIRES.- Jorge "Fino" Palacios, el ex jefe de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal y de la Policía Metropolitana, quedó ayer procesado y deberá seguir preso en la causa de las escuchas telefónicas, en la que además fue llamado a declarar como sospechoso al ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski. Es que el ex policía y espía Ciro James, ya procesado y detenido, quien era el encargado de retirar las cintas con las escuchas, estaba contratado como asesor del Ministerio de Educación porteño pese que, según los testimonios recolectados en el expediente, nadie sabía claramente qué funciones realizaba en esas dependencias.
Entonces el juez federal Norberto Oyarbide citó al ministro, uno de los hombres clave del gabinete del gobierno de Mauricio Macri, para mañana a las 10 para que explique en indagatoria -o sea en calidad de sospechoso de un presunto delito- qué servicios prestaba James a la cartera educativa y establecer si fue parte de las supuestas escuchas "ilegales".
El juez también ordenó "establecer cuál fue el perjuicio económico que le ha ocasionado al Estado Nacional" porque se burló a la Dirección de Observaciones Judiciales de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIE, ex SIDE).
Al mismo tiempo, Oyarbide avanzó con la idea de investigar una asociación ilícita: "Se investiga aquí la existencia de una organización criminal que utilizando vías legales logró mediante la presentación de documentos públicos falsos ante la SIE, la intervención ilegítima y en violación a las disposiciones penales vigentes, de distintos abonados telefónicos, entre los que se encontraba el de Sergio Burstein".
Burstein, uno de los familiares de las víctimas de la AMIA, se opuso férreamente al nombramiento de Palacios como jefe de la Metropolitana precisamente porque el ex comisario estaba por ser procesado por el encubrimiento del atentado a la mutual judía.
Para el juez, las llamadas telefónicas entre Palacios y James que se generaron en el marco de la escucha sobre el teléfono de Burstein "resultan el primer y último eslabón de la extensa y compleja maniobra criminal". El juez hizo hincapié en que esas intervenciones tuvieron lugar cuando se estaba por resolver la suerte de Palacios en la causa por el encubrimiento en el atentado ataque a la AMIA, un escenario que iba a "significar el final de la carrera policial de Palacios y su consiguiente alejamiento del cargo de jefe de la Policía Metropolitana". "Así las cosas es razonable suponer que si alguien podía tener interés en tener acceso a las conversaciones de Sergio Burstein, éste era Jorge Alberto Palacios", dijo el juez. (DyN)
