TEGUCIGALPA.- El Congreso de Honduras, en su sesión de ayer y en medio de fuertes medidas de seguridad, se pronunció en contra de la restitución del depuesto presidente constitucional, Manuel Zelaya, lo que prolongará la crisis política que afecta hace meses al país.
En la votación fue decisivo el voto del derechista Partido Nacional, con 55 legisladores de los 128 del parlamento y al cual pertenece el declarado presidente electo en las cuestionadas elecciones del domingo último, Porfirio Lobo. El Partido Liberal, con 62 escaños, también favoreció la medida, aunque varios de sus diputados condenaron la asonada militar que depuso a Zelaya y demandaron su restitución.
La decisión eleva el riesgo de que la comunidad internacional no reconozca al presidente electo Lobo.
Pese a que existía la posibilidad de que Zelaya fuese repuesto en el cargo por unos pocos días, el ex mandatario ya había adelantado que no aceptaría esta decisión.
La bancada del Partido Nacional, con mayoría en el Congreso, había adelantado a través del titular del grupo conservador Rodolfo Irías Navas, su postura contraria a restituir en el poder a Zelaya. "Nos manifestamos a favor de la ratificación del decreto 149 aprobado el 28 de junio" por el Congreso que sancionó la destitución y expulsión de Zelaya a Costa Rica.
Para aprobar la restitución de Zelaya se necesitaban los votos de 65 de los 128 diputados del Congreso.
Con una posición "unánime" de la bancada, Irías Navas aseguró que "el pueblo hondureño envió un mensaje a todos los políticos" en las elecciones generales del pasado domingo, dijo el jefe de la bancada a sus colegas.
El candidato del PN a la presidencia, Porfirio Lobo, logró el pasado domingo en las elecciones generales una arrolladora victoria frente a su rival Elvin Santos del Partido Liberal (PL, derecha) -el mismo de Zelaya y del gobierno de facto de Roberto Micheletti- y según datos todavía parciales, se convertirá en la principal fuerza del Congreso con mayoría absoluta. "No merece una posición de cálculo de oportunismo en procura de un sector político interno y de un bloque de naciones agrupadas por intereses que no necesariamente son los de Honduras", justificó.
Poco antes, los informes de las instituciones judiciales hondureñas solicitados por el Congreso también consideraron "inviable" la restitución de Zelaya, destituido del poder por el golpe de Estado del 28 de junio.
Además, estas instituciones habían advertido que quien pretenda restituirlo en el poder "incurrirá en las penalidades, civiles y administrativas a que haya lugar en derecho y que la Constitución misma condena".
Por su parte, el presidente de facto Roberto Micheletti dijo que el mandatario depuesto Manuel Zelaya "ya es historia", tras reincorporase al cargo del que se apartó una semana por las elecciones generales.
"Creo que (Zelaya) ya es historia porque ya el pueblo le respondió todas las preguntas que él había exigido", dijo Micheletti en una entrevista televisiva.
