Hace muchos años ya que los amantes del jazz de la región esperaban un disco en el que Andrés Fuhr estuviera en la tapa. En los créditos como músico principal.
"A pesar del viento", el primer CD que tiene al virtuoso contrabajista como "frontman", en sociedad con el pianista Ernesto Amstein, es una cuenta pendiente que acaba de ser saldada.
Furh es de esos artistas que no necesitan presentaciones pero sí las merecen. Su nombre está definitivamente atado al jazz y a una búsqueda creativa sin claudicaciones. Se ha dicho antes, lo repetimos: Andrés Fuhr es uno de los más talentosos músicos que ha dado jamás esta parte de la Argentina. Su periplo regional es bien conocido a través de su intervención en diversas agrupaciones con las que también incursionó en el funk, el latin jazz, el folk y la salsa. Ha sido compañero de viaje de gente como "Quintino" Cinalli, Hernán Hecht y Hernán Lugano, entre otros destacados músicos argentinos. Con ellos recorrió el país y también Europa.
Por su lado, Ernesto Amstein es una joven promesa del piano, oriundo de Cutral Có, que desde que apareció en escena no ha hecho más que crecer como artista. En breve partirá a Buenos Aires y este disco, a dúo con su maestro, es tanto la coronación de un trabajo como un acto simbólico de despedida.
"A pesar del viento" se presentará hoy jueves a las 22 en Casa de la Cultura. Antes del concierto, que tendrá como invitados a los bateristas Pablo Venegas y Mauricio Costanzo y a la violinista Laura Furh, "Río Negro", conversó con los músicos.
-¿Cuéntenme la génesis de este disco?
-Andrés: Ya hace dos años que estamos tocando juntos con Ernesto, compartiendo la música en diversas formaciones, sobretodo en trío, y llevamos adelante el "EOS Trío" junto a Pablo Venegas. Y en vistas que Ernesto partirá a Buenos Aires el año próximo a continuar sus estudios y su carrera, decidimos grabar algo de todo el material que estuvimos tocando, en realidad, sin intención de hacer un disco al principio. Es aquí donde aparece Eduardo Lozano, entrañable amigo, músico, devenido en productor e ideólogo del proyecto del disco. A partir de ahí, compusimos algunos temas nuevos, y decidimos desdoblar la grabación, o sea dos tríos: uno junto a Mauricio Costanzo y otro con Pablo Venegas.
-Después de muchos años tocando, finalmente Andrés, llegaste a un disco propio ¿cuales son tus sensaciones al respecto?
-Bueno, algún día tenía que llegar. Creo que es el momento perfecto, al menos para mí. Nunca estuve apurado por hacer un disco personal, pero estoy en los cuarenta y me siento maduro e inspirado como para hacerlo ahora. Mi sensación es de agradecimiento: a Ernesto, a Edu y a toda la gente de La Escalera, a los músicos con los que comparto mi vida musical, dentro y fuera de este proyecto, y a mi familia.
-¿Cómo es tu vínculo musical con Ernesto?
-Como contrabajista siempre disfruté especialmente tocar con pianistas. Y tuve una suerte fenomenal: Gabriel y Gabriela Guala, Leo Genovese, Hernán Lugano, Diego Rapoport, Alan Britaev, enque Nicolás. Mi oficio de jazzista se forjó junto a todos ellos. Y ahora Ernesto, este joven talentosísimo con el que además compartimos la pasión por la música de Bill Evans, Jarret y Emilio de la Peña, pianista argentino recientemente fallecido y a quien hemos dedicado nuestro disco, ya que además era un querido amigo. Por otro lado, tiene un gran peso la calidad humana de Ernesto.
-Ernesto, ¿De qué manera defines tu estilo interpretativo?
-¡Qué pregunta difícil! Borges dijo una vez que el estilo es la suma de los defectos. Creo que cuando uno habla del propio estilo corre el riesgo de sonar pretencioso. Sin embargo, puedo decirte que hay una búsqueda. Que quizá tenga más que ver con lo espiritual, con aquello que no puede definirse o por lo menos yo no me siento capaz de hacerlo. Además, cuando uno toca música improvisada, está permeable a cientos de factores: el público, los compañeros, lo que hizo antes y hasta lo que comió antes de subirse a tocar. Algo sí puedo decirte, y es que toco de la única manera que siento que puedo hacerlo en el momento mismo de hacerlo. Así que si hay que hablar de definiciones, digamos que el estilo, para mí, es la busqueda de la sinceridad musical con uno mismo y con los demás.
-¿Cuales serían las fronteras musicales del disco?
-Andrés: es un disco de jazzz, es un disco de trío jazz, mi formación favorita. Tiene un caracter bastante melódico y un giro decidido hacia la música latina. Tiene dos temas míos, dos de Ernesto y tres temas del repertorio del "Eos Trío", donde no podía faltar alguno del gran Bill Evans, nuestro faro musical.
-¿Cómo has cambiado Andrés, en términos musicales respecto de hace 10 años, tomando en cuenta que en el medio tocaste en Buenos Aires y Europa y participantes de numerosos grupos y proyectos artísticos?
-La evolución es constante. Al menos esa es la intención de uno. Quizás me inclino menos por la pirotécnia musical y me he vuelto más reflexivo. Pero eso siempre está en movimiento, sigo tocando con mucha gente joven, que me hace muy bien y aprendo de ellos.
-Ernesto, ¿cuales crees que son los momentos más altos del disco?
-El hecho de contar con cuatro composiciones originales en el disco implica una exposición mucho mas directa de las propias ideas musicales. Además, contar con la participación de músicos tan exquisitos como lo son Pablo, Mauricio y Laura, es a la vez un placer y una gran responsabilidad. Los momentos que más disfruto son aquellos en los que el "interplay", la interacción entre todos los miembros del grupo. El jazz, vos lo sabés, es antes que nada una manera de comulgar con el entorno de manera constructiva, espontánea. ¡Es la celebración de la vida!
-¿Quién es Andrés Furh para vos y cómo lo definirías?
-Si algo aprendí de él, es a poner todo lo que uno tiene para dar; tanto arriba como abajo de un escenario. Creo que Andrés es, sobre todo, un referente musical y humano. Estoy muy agradecido con él por todo lo que ha hecho por mí.
CLAUDIO ANDRADE
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