En cinco días, el Barcelona jugó los dos partidos más importantes de esta parte de la temporada y los ganó a los dos, sin Lionel Messi. En uno de ellos, la ausencia de la Pulga fue literal y en el otro, metafórica. Veamos.

Hace una semana derrotó al Inter (2-0) en el Camp Nou, por la Champions League, y el argentino no jugó por precaución, ya que el domingo esperaba la visita del Real Madrid, por la Liga. Allí también ganó el Barça (1-0), con Messi en el campo desde el inicio, pero "ausente" desde lo futbolístico.

Ante dos pesos pesados, el equipo de Pep Guardiola volvió a dar una lección de equipo. El fútbol allí no tiene dueño, nadie se carga nada sobre sus espaldas. Incluido Messi. ¿Por qué entonces insistimos en que debe ser el dueño del juego en la selección argentina?

Y no se trata sólo de Diego Maradona. El DT albiceleste no es el único que le reclama a Lio semejante responsabilidad. Periodistas e hinchas también.

Barcelona no necesitó del rosarino para recuperar su mejor juego ante un Inter tácticamente impenetrable. El circuito futbolístico puede prescindir de Messi, si están Xavi e Iniesta.

Pero ante el Real Madrid, ni siquiera ellos estuvieron en su mejor día. Entonces la zaga central (Puyol-Piqué) dan la cara por el equipo, ante un rival poderoso que decidió sacarle la pelota y jugarle de igual a igual en su propia casa. Pero ni el mejor Real Madrid de la temporada pudo. Imagínense.

Con sus estrellas a media luz, el Barcelona (de)mostró variantes y recursos (una defensa sólida y concentrada) para sostener un partido de trámite desfavorable hasta encontrar la fisura en el rival (su perfil izquierdo) y sacarle provecho (desborde de Dani Alves, gol de Zlatan).

El mérito de Guardiola es construir un equipo en el que Messi sea uno más entre once y no Messi + 10.

JUAN MOCCIARO
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