El Policlínico Bancario (POBA), el gigante centro médico de la Obra Social Bancaria Argentina (OSBA), controlada por sindicalista Juan José Zanola y su esposa, funcionó como depósito de los medicamentos adulterados.

Así lo demostraron los allanamientos de setiembre pasado que dieron con varios depósitos atestados de remedios truchos del laboratorio San Javier, propiedad del detenido Néstor Lorenzo, el "Yabrán de los medicamentos truchos" según Graciela Ocaña.

Hay fuertes indicios de que la relación llegaría hasta la ruta de la efedrina, el triple crimen mafioso de General Rodríguez y los aportes a la campaña de Cristina Kirchner.

Fuentes internas del Policlínico dijeron que se lo vio a Sebastián Forza días antes de hallarse su cadáver acribillado -es uno de los tres asesinados- retirando mercancía junto a Paula Aballay, la mujer de Zanola y "la autoridad" dentro del POBA.

De hecho, la camioneta incendiada de Forza apareció a sólo cuatro cuadras del Policlínico ubicado en la avenida Gaona y Donato Álvarez de Capital Federal.

Aballay es apuntada por varios testigos como la verdadera cabeza del poder dentro del POBA. Enfermera de profesión, llegó al cargo impulsada por su relación con Zanola.

Hoy es, entre otras cosas, la "recaudadora" del edificio, según el testimonio de varios empleados.

"El estacionamiento cobra 5 pesos a todos, afiliados y no afiliados, médicos y empleados. Al final del día pasa Aballay y se guarda en su cartera lo recaudado. Lo mismo hace con el kiosco y el locutorio que funcionan adentro", confesó al sitio "lapolíticaonline.com", una fuente del POBA en estricto off the record.

Pero su influencia no se queda ahí, según los testimonios. Enterada del seguimiento de diarios porteños y la aparición de una nota en la revista Gente que profundizaba el caso de los medicamentos truchos, se encargó de que nadie dentro del edificio pueda leerlo. Personalmente, ordenó confiscar todos los ejemplares de ambos medios que se venden dentro o en la puerta del POBA, revelaron las fuentes.