MADRID (AP).- El anuncio lo dejó "turulato", confesó: dos semanas después de haber ganado el Premio Reina Sofía, el escritor mexicano José Emilio Pacheco se alzó con el Cervantes. "Ayer no tenía ninguna idea y me cayó una sorpresa de la que no me repongo. Es como los golpes que no duelen inmediatamente... estoy en una irrealidad absoluta´´, expresó Pacheco en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde también era homenajeado.
"Desde las siete de la mañana no ha habido un minuto en que no conteste tres teléfonos a la vez. Estoy patidifuso´´, añadió. "Es un buen castigo para quien dijo que no le gusta ser retratado y entrevistado ... No sé cómo logré afeitarme y ducharme´´.
Su primera reacción al premio fue de silencio, relató. Luego vino la sorpresa y a su mente palabras en desuso que expresaban su estado de ánimo, como "sorimbo y turulato´´. Dijo que, sin ánimo de ofender al jurado que lo eligió, parte de su estado se debe a que entiende que hay personas que merecían el reconocimiento más que él, como la escritora española Ana María Matute.
A una pregunta sobre si el reconocimiento serviría para sacar la poesía del pequeño nicho en el que siempre ha quedado rezagada contestó con un entusiasta "¡Ojalá!" No obstante, lamentó el empobrecimiento de la lengua española en general y sugirió que "la poesía es una forma de luchar contra eso´´.
Cómplice con los periodistas y camarógrafos que se acercaron tras concluir la rueda de prensa, recordó que cuando era apenas un aspirante a escritor, los únicos premios que imaginaba podían estar a su alcance eran la beca del Centro Mexicano de Escritores o los llamados juegos florales, que son concursos literarios estatales como parte de la celebración de carnavales y que en su época estaban dotados de menos de 100 dólares.
El poeta, novelista, periodista y crítico literario de 70 años es mejor conocido por sus relatos agridulces de la adolescencia en el México de los años 40 y 50, menos poblado pero corrupto e injusto.
Ante los tiempos violentos que se viven en México y otras partes del mundo, dijo que "escribir es una forma de esperanza´´.
Y aunque el galardón es un incentivo para seguir trabajando, al mismo tiempo se siente "aterrado´´ de que los compromisos que esto acarrea no le permitan escribir una palabra más. "Es muy dramática la cuestión. No sé si podré seguir escribiendo. Pero tengo muchas ideas, mis proyectos son infinitos´´.
