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Los ladrillos, también cosa de mujeres | ||
La posibilidad de aprender a construir también dejó una enseñanza de género para muchas de las mujeres, muchas veces criadas en ambientes donde la albañilería era sólo cosa de hombres. De hecho, en el proyecto de El Sauce, el 80% de los participantes fueron mujeres. "Construir no sólo sirve para mejorar su vida, muchas mujeres levantan mucho su autoestima en el proceso: descubren capacidades, sienten que aportan mucho más a la familia, a veces se produce hasta un replanteo del rol de la mujer en la casa", explica la asistente social Daniela Salas. Viviana lo confirma. "Yo aprendí a pegar ladrillos, cerámicos, a pintar. Antes no lo hacía por miedo de que me saliera mal; ahora sé hacer casi todo. Mi marido está contento, ahora si hay que hacer un arreglo lo puedo hacer yo (risas), está bueno porque yo siento que ésta es más mi casa". "Yo trabajé toda mi vida, pero nunca había construido bien. Aprendí a nivelar, a pegar ladrillos, hacer mezcla, ya me tengo fe para hacer algún día la ampliación", sostiene Marcela. Roxana también destaca su aprendizaje. "Antes pensaba que esto de construir no era para mujeres, pero en el proyecto la mayoría de las cosas las hice yo, porque mi marido trabaja en la chacra casi todo el día. Ahora sé cuadrar, poner pisos, hacer mezcla?". | ||
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