Lunes 30 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 23 > Sociedad
La primera Fiesta de la Pesca fue todo un éxito

CIPOLLETTI (AC).- Ni el fuerte viento y menos la desapacible jornada, con un sol que estaba de a ratos por las densas nubes, pudieron con el increíble entusiasmo de los pescadores. Ayer, en las dos márgenes del río Negro se realizó en la Isla Jordán la primera Fiesta de la Pesca Deportiva organizada por la Mesa Directiva Honoraria de Pesca Deportiva Alto Valle y el Centro de Informes Turísticos de Cipolletti.

Ayer, con el centro de operaciones en una gran globa, a unos 400 metros de la balsa, se lanzó la jornada de pesca. Pasadas las 9 el cipoleño Claudio Fernández (36), uno de los 120 pescadores que tomaron parte de este suceso, cobró sus primeras piezas, dos truchas de un kilo cada una.

En general se pescó -con devolución al río, obviamente- percas y truchas marrones y arco iris. Gustavo Monti, gerente de la Mesa Directiva, mirando la ribera sur donde a las 11.30 se pescaba "a todo vapor", estaba orgulloso: "todo va muy bien, hay buena participación, tenemos a las familias, a los amigos y a muchos vecinos".

La primera fiesta incluyó actividades recreativas para las familias de los pescadores y los curiosos que se acercaron a la Isla Jordán. Incluso hubo títeres para los más chiquitos.

Muchos vecinos miraban la práctica de pesca y luego se ubicaban en el amplio y bello parque municipal, asaditos por medio, "picaditos" de fútbol, en un área bastante nutrida pese a las ráfagas.

Esta movida cumplió el objetivo de posicionar a la pesca deportiva en la ciudad y la zona e incentivar una práctica responsable y no extractiva.

En el contexto de las actividades, siempre en la globa, se desarrollaron charlas técnicas, educación ambiental, exposición de productos, venta de comidas, espectáculos y juegos, con gente que desafió las inclemencias y apostó fuerte a la difusión de la pesca deportiva.

Flotadas, caminatas, paneles interpretativos, avistaje de aves y juegos para niños resultaron otros atractivos.

Con valentía, haciendo caso omiso del ventarrón, a las 8.30 los pescadores ya estaban listos.

Tras los malabares y las demostraciones de destreza en las dos márgenes -norte y sur del Negro- hubo almuerzo "a la canasta" alrededor de las 14.

Pasadas las 16.30 se articularon las actividades exclusivamente "técnicas", con las charlas, debates y la clínica "Los primeros pasos de lanzamiento con mosca", para afianzar la técnica de los expertos y darle "datos valiosos" a los de nivel medio y a los pocos principiantes.

En síntesis, como es su costumbre, los pescadores pasaron todos los obstáculos que les lanzó el clima y tuvieron su primera gran fiesta, un antecedente importante para la continuidad en el futuro.

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