El ex guerrillero José "Pepe" Mujica llegó a un lugar que era inimaginable hace cuatro décadas, cuando vivía en la clandestinidad y apenas sobrevivía a un duro cautiverio de 14 años.

Mujica, de 74 años fue uno de los motores de la inserción política de los rebeldes tupamaros en el sistema político uruguayo en la coalición de izquierda Frente Amplio en 1989.

Fue el primer ex guerrillero en ingresar a la Cámara de Diputados en 1995, y tras los comicios de 1999, llegó al Senado .

En la elección de 2004, en las que la izquierda llegó por primera vez al gobierno del país de la mano de Tabaré Vázquez, Mujica llegó al Senado.

Casado con la senadora y también ex tupamara Lucía Topolansky, Mujica estuvo en la clandestinidad desde 1969, cayó preso en 1970 y participó en una masiva fuga en 1971. Fue detenido nuevamente en 1972, como uno de los "rehenes" de la dictadura, sometidos a un trato particularmente inhumano en pozos de distintos cuarteles militares, hasta su liberación en 1985.

Su principal características, que le genera tanto adhesiones como críticas, es una imagen pueblerina, de figura tanto paternal como furiosa. Su aspecto personal algo descuidado fue modificado en la campaña. Mujica se ha moderado y demostró ser un buen negociador entre los distintos sectores del Frente Amplio en el gabinete de Tabaré Vázquez, cuando ocupó la cartera de Ganadería, entre 2005 y 2008. Ha dicho estar dispuesto a "abrazar culebras" para lograr acuerdos y durante la campaña ofreció a la oposición acordar sobre ciertos temas clave -educación, seguridad, energía- e incluso integrarlos en el gabinete.