La bajada del telón del TC 2000 en el majestuoso Potrero de los Funes de San Luis tuvo en el cordobés José María López (Honda) al lógico e indiscutido bicampeón, quien de esa manera dio un paso más para cumplir con su sueño dorado, el ansiado arribo a la Fórmula Uno.
Si bien "Pechito" ya tenía casi en el bolsillo el título después de haber ganado la carrera de San Juan, él mismo afirmó que tenía que demostrar sus condiciones y hasta que los números no dieran lo contrario, debía correr para ganar otra vez y casi lo consigue si no lo deja de a pie la dirección hidráulica. Y así lo hizo.
Como era una carrera de largo alcance y por binomios, la estrategia previa era fundamental y esta vez no le sucedió lo de Termas de Río Hondo, arrancó su experimentado compañero Anthony Reid para después rematar él.
En el giro 13 López tomó la posta en el puesto 17 y de ahí en más comenzó una trepada espectacular que 11 vueltas más adelante lo posicionó en la punta de una carrera que iba deparando matices a cada momento.
Fue una clara demostración de lo que es capaz este López, sin dudas el mejor piloto del momento y la principal razón por la que está a punto de formar el selecto staff de la "máxima" categoría del automovilismo mundial el próximo año.
Justo en la misma vuelta que "Pechito" tomaba la delantera se quedó Juan Manuel Silva, su compañero de equipo y único rival que podía discutirle el título, con lo cual el riotercerense se coronó cuando aún no había finalizado la competencia.
Las razones de la deserción del chaqueño fueron las mismas que bajaron a López después. Ahí se terminó la historia y el suspenso por quien se llevaba el título.
La supremacía en pista de López duró hasta el giro 31, cuando el Honda quedó humeante a un costado del sinuoso circuito. Pero en materia de título estaba todo dicho, otra vez el mismo campeón.
En la misma vuelta también abandonó el marplatense Lionel Ugalde (Ford), fugaz puntero, lo mismo que el mendocino Bernardo Llaver (Honda), también efímero líder con la pérdida de la rueda trasera derecha y posterior bombazo al paredón. Las cinco vueltas finales fueron para Gabriel Ponce de León (Ford).
El de Junín apareció como en sus mejores jornadas y se quedó con un inesperado triunfo, pero muy merecido después de lo maltrecho que dejó el auto en la clasificación del sábado cuando rozó el paredón por más de 40 metros.
Méritos también para el brasileño Daniel Serra quien lo supo llevar muy bien en la primera parte de la carrera.
A pura estrategia, el sanjuanino Henry Martin y el diminuto Ezequiel Baldinelli colocaron en la posición de escolta a un Mégane de segunda generación, muy valioso por cierto. Más que nada para estos pilotos que buscan reinsertase en la categoría.
Tercero arribaron Lionel Pernía y el arrecifeño Agustín Canapino (Honda).
Con los alejamientos de López y Silva, el tandilense será el primer piloto del equipo Petrobras en la próxima temporada y Canapino está a punto de ser el segundo.
Más atrás se ubicaron Leandro Carducci/Sebastián Diruscio (Ford), Guillermo Ortelli/Alain Menu (Chevrolet), Norberto Fontana/Ricardo Mauricio (Toyota) campeones del Endurace Series, Claudio Kohler/Pedro Gentile (VW Bora) y Emanuel Moriatis/Diego Aventin (Toyota), el de Lanús fue campeón entre los pilotos particulares.
DyN.