¡Un oasis en el desierto! Es lo que nos han hecho creer sobre el oro negro políticos de turno y quien dice ser el máximo referente de la masa obrera petrolera de Río Negro y Neuquén.
¡A Dios gracias este matutino llega a todo el país y nos da la posibilidad de que nos conozcan! Rincón de los Sauces es una ciudad petrolera con aproximadamente 35.000 habitantes ubicada a 230 kilómetros de la capital neuquina.
Este bendito suelo ha sido benévolo, dado que se extraían las regalías más importantes para el país... ¡teníamos la vaca echada! Aún sigue cobijando a extranjeros que tienen los mismos derechos o más que nosotros y ocupan puestos de trabajo en lugares estratégicos y comercios reconocidos, indocumentados por supuesto. ¡Argentina, país generoso!
El oasis no es más que un páramo, un rincón olvidado. Nos recuerdan en épocas electorales, donde seguramente la vaca de las tetas gordas también fue tapada por el viento y la tierra, como la Ruta 6, que en el mapa de Neuquén figura asfaltada. Pretendieron dejarnos contentos construyendo la Ruta 7, que en algún momento Vialidad Provincial o no sé quién se dignará a arreglar después de lo que el agua se llevó, 17 kilómetros que son un asco, ya no recuerdo los años que lleva en esas condiciones. Pero que de todos ellos nos acordamos cuando transitamos el desvío, ¡que no les quepa la menor duda! El eslogan ahora es "Sálvese quien pueda".
Vivimos con el basurero a cinco kilómetros de la ciudad y cada mañana despertamos en una nube negra con un olor nauseabundo. ¿Salud, seguridad y medio ambiente?
Sin agua... sucede todos los años, qué ironía teniendo un río contaminado -sí, leyó bien: "contaminado"-. Necesitamos el agua, señores. A la comunidad le importan un rábano sus absurdos comentarios radiales respecto de la única bomba que tienen, ¿me explico?
El hospital no tiene insumos ni teléfono, por falta de pago. La comunidad coopera con distintos eventos para la compra de víveres y los enfermos internados no tienen alimentos ni las ambulancias combustible. Ni hablar del mantenimiento de las mismas, verdaderamente no sé cómo llega una derivación de urgencia a la capital neuquina. ¡Avión, por alguna urgencia! Sólo para una minoría selecta de YPF o lo que queda de ella; retiraron el hangar y lo destinaron a museo... ¡unos piolas bárbaros!
La policía no tiene móviles ni efectivos, el jefe de Neuquén les dio licencia a todos; de lo contrario, si no la tomaban, la perdían. ¿Qué tal? La ciudadanía, ¡bien, gracias!
Las calles... uf... saquen las máquinas nuevas y arréglenlas, ¡por favor! Todas intransitables.
Como si esto fuera poco, en una asamblea de petroleros anunciaron que YPF traería sus equipos a trabajar, no sé cuándo, y la gente la pondrá la empresa. Esto genera incertidumbre, miedo a perder el sustento para las familias.
Perdón? ¿y el pueblo dónde está? Estamos hartos de improvisados que quieren ocupar el sillón de gobernador, diputado, intendente, presidente del Concejo, concejal? ¿para qué? No culpen a terceros, ya es hora de que aprendan a gobernar, de que el árbol no les tape el bosque. Dejen la puja política por el mero hecho del poder. ¡Trabajen! La actitud de las personas hace la diferencia.
¿Necesitamos más leyes? ¿No sería suficiente con cumplir y hacer cumplir estas diez simples reglas? Ética como principio básico, orden y limpieza, integridad, puntualidad, responsabilidad, deseo de superación, respeto a las leyes y los reglamentos, respeto por los derechos de los demás, amor al trabajo, esfuerzo por la economía y acometimiento. No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros, simplemente somos pobres por nuestra actitud.
¡Honestidad y dignidad, hombres!
Emilse Erdozain, DNI 13.461.451
Rincón de los Sauces