En los primeros nueve meses del año la faena vacuna en todo el país se ubicó en los 12,2 millones de cabezas.
Con esta cifra, la actividad frigorífica habría mantenido el récord de las últimas dos décadas que viene ostentando a lo largo del corriente año.
Lo preocupante de estos logros que la actividad exhibe es que tienen relación directa con un compulsivo achique del sector. La faena observada en los últimos años estuvo centrada, casi exclusivamente, en una importante reducción de las existencias vacunas.
Está claro que este proceso no puede sostenerse en el tiempo.
En septiembre del 2009 la liquidación de hembras cumplió tres años ininterrumpidos y se constituyó en la fase contractiva más extensa de las últimas décadas.
Al respecto, según muestran las estimaciones de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), la participación de las hembras en la faena total se mantuvo en torno al 50% en los primeros nueve meses del 2009.
En este escenario, la producción de carne vacuna también experimentó un importante crecimiento.
Desde el sector privado se estima que en los primeros nueve meses del año la producción alcanzó un volumen total de 2,67 millones de toneladas de res con hueso (tn r/c/ h), con lo cual se habría ubicado 11% por encima del mismo lapso del 2008. Desde el oficialismo, los funcionarios se jactan de los éxitos de las políticas de gobierno presentando las estadísticas "positivas" de la producción de carne.
Sin embargo, ésta se da en el marco de un profundo ajuste que golpeó de lleno en la sobreliquidación de stocks.
La intervención del mercado cárnico por parte del gobierno, hace ya más de cuatro años, fue un factor determinante en el retroceso estructural que se viene observando en la actividad.
Muchos ganaderos al tener sus precios controlados por la Secretaría de Comercio (con techos que no se permite perforar), terminaron por vender sus vientres y novillos para dedicarse, en la medida en que los campos así lo permitan, a la siembra de soja y maíz.
En definitiva, la actividad ganadera termina desarrollándose en territorios marginales con bajos niveles de productividad y altos costos, que terminan siendo trasladados por lo general al consumidor, siempre que el Estado no participe con subsidios dirigidos a través de la Oncca.
Un sistema realmente perverso: el gobierno distorsiona el mercado, destruye la actividad y es él mismo el que después sale al "salvataje" de los ganaderos.
Mientras esto pasa ante la mirada atónita de los productores, la oferta sigue creciendo con liquidación de vientres en su mayor nivel (ver infograma adjunto).
El Mercado Interno, en sus máximos
El estudio elaborado por la cámara del sector señala en otro de sus párrafos que en el período enero-septiembre del 2009 el consumo interno total de carne vacuna habría ascendido a 2,2 millones de toneladas de res con hueso (tn r/c/h), considerando para el cálculo de este volumen las estimaciones de producción y las certificaciones de exportaciones realizadas por el Senasa.
En comparación con igual período del 2008, el consumo interno habría experimentado una expansión de alrededor de 5,1%.
Como se mencionó párrafos arriba, la producción de carne vacuna creció 11,6% interanual en estos primeros nueve meses del año, agregando al mercado alrededor de 277.000 tn r/c/h.
De este incremento marginal que se incorporó a la oferta este año, 39% fue absorbido por el mercado interno y 61% por el mercado externo.
Cabe destacar en este sentido que en los últimos meses se observaron los efectos del levantamiento parcial de las restricciones vigentes (en materia de "encajes") para poder exportar. En particular, en julio y septiembre del 2009 el Senasa certificó los niveles de exportación más altos desde noviembre del 2005.
Este escenario determinó que el consumo por habitante habría llegado a 73,2 kilogramos/año en enero-septiembre del 2009, con lo cual habría crecido 4,1% con relación a los mismos meses del 2008. En línea con los récords de actividad que viene registrando la industria frigorífica, el consumo por habitante está ubicándose entre los más altos de los últimos quince años, por lo menos.
Crecen fuertemente las exportaciones
El reciente estudio de Ciccra detalla que en septiembre las certificaciones de embarques realizadas por el Senasa arrojaron un volumen total de 58.273 toneladas peso producto (tn pp).
Éste fue el guarismo más alto desde noviembre del 2006, elevando el total acumulado hasta las 421.821 tn pp en los primeros nueve meses del año. En igual período del 2007 se habían certificado exportaciones por un total de 339.084 tn pp (-19%) y en el mismo lapso del 2008 se habían enviado 272.816 tn pp (-35%).
El menor nivel registrado en enero-septiembre del 2008, con relación a los del 2007 y de 2009, estuvo relacionado con el conflicto campo-gobierno.
El valor exportado en septiembre ascendió a 181 millones de dólares FOB, lo que implicó un retroceso de 17% anual. Los volúmenes exportados crecieron 38% en términos interanuales, en tanto que el precio promedio descendió 40% anual, hasta quedar ubicado en 3.111 dólares FOB por tn pp.
Cuando se analiza el acumulado de los primeros nueve meses del año, el volumen exportado llegó a 421.820 tn pp y se mantuvo como el mejor período de los últimos cuatro años. En términos absolutos se exportaron 149.000 tn pp más que en enero-septiembre del 2008 y 82.700 tn pp más que en igual lapso del 2007.
Al expresarlo tn r/c/h, en septiembre del 2009 se exportaron 69.000 toneladas r/c/h, el volumen más alto desde noviembre del 2005 (es decir un año más atrás que en el caso de las tn pp, producto de la diferente composición de los embarques entre los períodos considerados).
En enero-septiembre del 2009 se exportaron 470.700 tn r/c/h, lo que representó una mejora de 57% interanual (+170.000 tn r/c/h).
En ese mismo período los ingresos por exportaciones alcanzaron los 1.356 millones de dólares FOB.
En términos interanuales resultaron 11% mayores. La retracción general de los precios internacionales a partir del tercer trimestre del año pasado y la falta de ejecución de la cuota Hilton en los últimos tres meses, que concentra los embarques de mayor valor unitario, explicaron el menor dinamismo de los valores respecto a los volúmenes exportados.
El promedio general cayó 28% interanual y quedó ubicado en 3.216 dólares FOB por tn pp en el período analizado.