Como sucede en las parejas que viajan rumbo a un naufragio, la convivencia multipartidaria en el gobierno de la municipalidad de Neuquén ingresó en un punto de inflexión y presenta síntomas de desgaste que cuesta disimular.
La alianza original perdió hace tiempo el respaldo de Recrear, tiene apoyo de algunos radicales y peronistas y adhesión condicional de Libres del Sur y Unión de los Neuquinos. En los próximos dos años, marcados por el sello de las elecciones, esta heterogénea conformación política vivirá momentos intensos, admiten voceros de la coalición.
El rechazo al aumento de la tarifa del transporte urbano de pasajeros por el imprevisto cambio de opinión de un concejal de Unión de los Neuquinos (Une), un partido de la alianza oficialista cuyo peso aumentó en la última elección, mostró sólo la superficie de una interna que algunos creen posible sobrellevar mientras que otros ven, en el corto tiempo, un escenario de crisis.
La experiencia frentista que en el 2007 llevó al radical Martín Farizano a la intendencia de la ciudad capital reacomodará sus piezas a partir del próximo 10 de diciembre, cuando se integre el nuevo Concejo Deliberante.
El crecimiento del partido que tiene como referente a Mariano Mansilla, actual funcionario municipal y futuro concejal de Une, es un problema para Farizano, un intendente que proyecta su reelección pero que, hasta el final de su mandato, ejercerá influencia sobre apenas dos concejales, un radical y un peronista.
En el entorno del intendente hay una mirada menos dramática sobre lo que puede suceder de ahora en adelante. "Ésta ha sido una experiencia formidable de integración de una alianza que permitió ganarle al MPN por dos mil votos. Y en dos años recién estamos aprendiendo a caminar; probablemente tengamos que superar muchos otros obstáculos pero eso no significa perder la construcción de este espacio", dijo un allegado a Farizano.
Otra fuente municipal puso el peso de la responsabilidad en Mansilla, el joven y ambicioso abogado que hoy es el referente del partido impulsado por la CTA (Central de Trabajadores Argentinos). "Debe demostrar que puede controlar y liderar el Une. Él acuerda con Farizano una cosa y después le votan en contra en el Concejo", dijo en alusión al polémico voto del concejal Fabián Cascino, el que rechazó el aumento propuesto por el municipio para la tarifa del servicio de colectivos.
En comisión, este concejal de Une había habilitado el tratamiento del proyecto, por lo que su voto en el recinto sorprendió aún más. Enseguida llegaron las analogías con el voto de Julio Cobos en el Senado en medio del conflicto por las retenciones a las exportaciones del campo. "Es una comparación porque en ambos casos no se asumen como oficialistas", dijeron desde un radicalismo lejano al de Cobos.
Allegados al intendente interpretaron con mayor detalle el voto de Cascino. "Es un mensaje más para Mansilla que para Farizano por alguna cuestión interna de Une que desconocemos", dijeron en tono misterioso.
El frustrado tratamiento del incremento tarifario generó una inmediata respuesta de Indalo, la concesionaria de un servicio que no conforma a los usuarios desde hace muchos años. La empresa metió presión anunciando dificultades para pagar el medio aguinaldo de fin de año y anticipó, como si fuera la Unión de Trabajadores del Automotor (UTA), un conflicto gremial a corto plazo. Farizano reaccionó con otra propuesta de aumento que ya llegó al Deliberante y pretende que se apruebe antes del 10 de diciembre.
Esa fecha es un hito y en Une lo admiten sin tapujos. "No vamos a romper nada pero vamos a marcar nuestra propia agenda de temas: construcción de viviendas, loteos sociales y el Paseo de la Costa, al que propondremos disolver con un proyecto para salir de Cordineu, formarán parte de los objetivos del partido", dijo una fuente de Une.
Mansilla aparece como un competidor de Farizano por la intendencia en el 2011, aunque en Une aseguran que "el norte no es el gobierno municipal porque si Farizano trabaja para una construcción política diferente se puede avanzar".
La relación con Une se resquebrajó cuando Farizano, en la última elección de concejales, respaldó la lista de peronistas y radicales. En el medio hubo un infructuoso pedido de "redireccionamiento" de la gestión, dicen en Une.
Horacio Quiroga es la piedra que molesta en el zapato de cara al armado de estrategias para el 2011. El radical, alineado con Cobos, irá por la gobernación, pero algunos de los aliados de Farizano quieren ver lejos al ex intendente.
En Une aseguran que "no tienen militancia antiquiroguista" para diferenciarse de Libres del Sur, el partido que lidera Jesús Escobar. Fue una llamativa aclaración la que hicieron que le deja la puerta abierta a Mansilla para realizar en el futuro maniobras hoy impensadas.
Farizano tiene el desafío de seguir gobernando en medio de delicados equilibrios. Así como perdió fuerza en el Concejo Deliberante y Une creció, el intendente puede llevarse mejor con el bloque del Movimiento Popular Neuquino que, en la renovación, cambia de integración: se van algunos sobischistas e ingresan sapagistas.
El intendente de Neuquén mantiene una buena relación con Sapag y la llegada de concejales más cercanos al gobernador abrirá nuevos espacios de negociación, dicen en el entorno del jefe comunal donde las comparaciones están a la orden del día: afirman que los tiempos políticos marcan coincidencias y, así como Jorge Sobisch y Quiroga tenían estilos similares en el ejercicio del poder cuando uno era gobernador y el otro intendente, Sapag y Farizano funcionan en la misma sintonía con modelos de gestión diferentes de los de sus antecesores.
GERARDO BILARDO
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