En Río Negro se posa un complejo y anticipado campo electoral. Mendioroz y Soria marcan ese camino. Ambos tienen una sola coincidencia. Piensan que sus candidaturas del 2011 son naturales y no requerirán de internas. Poseen adversarios y obstáculos. No son los únicos aspirantes, son los primeros.
El vicegobernador percibe que debe apartarse de la gestión provincial, pero nunca tanto para perder el ventajoso mecanismo electoral que representa el aparato gubernamental. Quiere ser el candidato oficial. Mendioroz codicia el patrocinio de Saiz que sellaría esa postulación. El gobernador aplaza su pos- tura.
El intendente apalea con su aspiración a partir de su bastión en Roca. A esa activa gestión le impone además su terco ejercicio de intimidación, abandonando cualquier arrumaco de conciliación. Sumar por espanto más que por creencia parece ser su lema. No establece diferencias. Simplifica en aliados o enemigos. Figuran políticos, gremialistas, empresarios y periodistas. Ese desafío llega al senador Miguel Pichetto. Soria confía en que no se le animará al duelo interno. Se afinca ahí la disyuntiva justicialista.
Se derribó la reforma constitucional, llega la política. Esta alteración está cercada. El vice y el oficialismo quieren exiguos cambios, límites que cumplirá Iván Lazzeri desde la presidencia de esa restituida comisión legislativa. Cada provincia tiene su propio Código Electoral. Río Negro todavía no tendrá las internas abiertas, obligatorias y simultáneas que Diputados ya aprobó para la Nación.
El radicalismo marcha a sus tradicionales internas cerradas, que no pasarán del primer semestre del año próximo. Confían en que se trate -como siempre- de una formalidad tras un acuerdo de sectores. No hay resolución sin diálogo. Saiz y su vice no se juntan desde hace meses. Igual de trivial es el trato del gobernador con el senador Pablo Verani.
Éste y Mendioroz aprovechan y cultivan sus prácticas. El viedmense promociona su plan con recorridas provinciales y el ex gobernador funda el suyo a partir de la emblemática propulsión del vicepresidente Julio Cobos.
"La candidatura debe cerrarse en el primer trimestre", propone el vice. Verani y el intendente Jorge Ferreira tienen otros vencimientos.
Aventuran que futuros sucesos puedan ofrecerles su oportunidad electoral. Saiz recibió al diputado nacional electo Hugo Castañón. "Miguel apoya la candidatura de Ferreira", le propuso. "No es tiempo", repitió el gobernador. Está dispuesto a tener su candidato pero aún no lo tiene. ¿El contexto, otra vez, se le impondrá? Radica ahí la maniobra del vice y también de Verani.
La premura de Mendioroz tiene claras razones. Cerrar la discusión interna y consolidar alianzas para revertir mensajes ciertos. Fraguar su candidatura y consolidar su imagen, cuando la del gobierno de Saiz se mantiene en declive.
Reservados, Ricardo Vignone acerca sondeos al vicegobernador. Demuestran que es el radical -medido- mejor posicionado, con datos neurálgicos. Mendioroz figura de 7 a 8 puntos detrás de Soria. El roquense lidera esa medición de las cinco ciudades con una intención de voto con el 19/20%; el vice aparece con 12/13 puntos. Tercera está la legisladora del ARI Magdalena Odarda, con algo más de 10 puntos. Saiz -con impedimentos para un tercer mandato- y Verani no fueron incluidos en las consultas.
El cipoleño Alberto Weretilneck y el viedmense Ferreira figuran con notable presencia en sus ciudades. Se esfuman en el resto de Río Negro y sus índices bajan entonces al 4%.
Esos diagnósticos se introducen en el análisis de las futuras estrategias. ¿Weretilneck u Odarda para la fórmula oficial del 2011? Hay juicios radicales de que el dominio electoral de la diputada no brinda igual fidelidad al oficialismo que el que garantizaría el intendente cipoleño. ¿Odarda aliada o rival?, es otra evaluación. "Sus votos son antirradicales y su fuerza captaría esas terceras adhesiones en perjuicio del justicialismo", entienden. El ARI tendrá su evaluación. ¿Sabrán y podrán priorizar su independencia?
Soria razona como el elegido. "Lo hice -sin internas- senador". Alude a Pichetto. Desactiva toda aptitud del parlamentario. "Los intendentes lo apoyan porque es el mejor gestor en Nación", repite. Otros respaldos son de "quienes buscan cargos". Valora a Ariel Rivero, intendente de Campo Grande y presidente del Congreso partidario. Para los otros promete guerra. Piensa en algunos aliados. Bariloche será el primer ensayo. Dedicará fuerte atención a ese espinoso electorado. Detesta las conducciones gremiales y justicialistas de Ovidio Zúñiga y de Walter Cortés. Conversa con la dirigente arista Sandra Guerrero.
Amedrenta, sacude y provoca. Descalifica al adversario o, simplemente, a quien piensa distinto. Dilapida -como nadie- capital político en pocos hechos. Otra ojeada tiene Soria de sus pasos. Replica con su poder en Roca, que acepta ese temperamento. Reduce la provincia a ese terreno, supone suficiente su lograda ejecución municipal y la antepone a la irresolución provincial. Enardece con su "coraje" frente a la fragilidad radical. Curiosa y temeraria mirada. A su registro el roquense le agrega su encuesta que, asegura, le otorga más de 30 puntos por encima de Saiz y Verani.
Soria se equivoca con Pichetto. El senador bosqueja una propuesta: propondrá al intendente internas abiertas, con un compromiso firmado de que el segundo se sumará a la fórmula. Ya lo habló con ciertos dirigentes.
Pichetto sabe del costo de su reverencia al kirchnerismo. A cambio, dispone de poder de gestión en el gobierno nacional. Acciones que traslada a los municipios, sus mayores aliados. Los gobiernos locales -sin mediación provincial- ya manejan planes de viviendas. Se publicaron licitaciones para Godoy, Regina y Cervantes y se tramitan para Cinco Saltos, Fernández Oro y otros. Además están las obras de pavimentación. Trabaja para la activa participación de los jefes comunales en el reparto de los 19 millones de Nación para los productores frutícolas. El entusiasmo en esos oficios explica que el senador no piense en su retiro.
Antes, otra labor esencial espera a Pichetto en su ayuda por fondos para Río Negro. La provincia necesitará de la Nación para cumplir mínimamente con los plazos salariales. Saiz retomó ciertos canales K después de los recientes votos favorables del diputado Juan Carlos Scalesi a las ideas del kirchnerismo.
Nación demora su táctica financiera para las provincias y Río Negro no puede resolver la suya. Prueba inconfundible de la sumisión. Por eso no habrá presupuesto provincial. La actual ejecución profundiza la supremacía salarial, que en la comparación interanual creció un 23%. Comprende las subas remunerativas pero también las designaciones. Un rubro de "contratos especiales" creció de 6 a 9,5 millones en doce meses.
En marzo se lanzó el ajuste de la planta política pero ya se deshizo, incluso la figura del funcionario part-time, de menos sueldos. Carlos Nicolaus fue un elegido para ese diseño, pero ya regresó a la función plena como subsecretario en Gobierno. Además, el número de cargos políticos volvió a su cantidad original. Otra simulación.
Todo, poco a poco, se subordina a los planes electorales. Los actos y los dichos son entonces todavía más inestables y artificiales.
ADRIÁN PECOLLO
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