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ANÁLISIS: Fin de fiesta | ||
DUBAI.- Gracias a proyectos espectaculares y a un marketing brillante, Dubai, uno de los siete integrantes de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), consiguió convertirse en un tiempo récord en el más importante núcleo inmobiliario y financiero del mundo árabe. Las islas artificiales en forma de palmera y el rascacielos más alto del mundo consiguieron atraer la atención de los inversores y provocar la envidia de los países vecinos. Sin embargo, la fiesta terminó. Durante los meses que siguieron al comienzo de la crisis financiera, los dirigentes del emirato se esforzaron para evitar que las noticias negativas trascendiesen a la opinión pública. Ahora Dubai debe recurrir a su país, vecino Abu Dhabi (rico en reservas petroleras) en busca de fondos. Sin embargo algunos expertos temen que la economía de Dubai no se recuperará tan rápido como pronostican los analistas locales. Creen que de momento no se podrá frenar la espiral descendente después de que las informaciones sobre deudas y proyectos cancelados hayan dañado la imagen de la lujosa metrópolis árabe. | ||
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