BUENOS AIRES (DyN).- La presidenta Cristina Fernández partió ayer hacia Roma donde, junto a su par de Chile, Michelle Bachelet, conmemorarán mañana con el papa Benedicto XVI el vigésimo quinto aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre los dos países logrado con la mediación del Vaticano.
La Presidenta encontrará un clima más cordial que en el pasado en el Vaticano. Desde que asumió el embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero en diciembre último, la relaciones entre la Argentina y el Vaticano se han distendido. Antes, hubo una fallida designación del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne, que nunca recibió el plácet del Vaticano por ser divorciado vuelto a casar.
Meses atrás, cuando confirmó su asistencia y la de su par trasandina en esta conmemoración, Cristina Fernández reclamó a sus colaboradores que "nada ni nadie debe empañar" el viaje al Vaticano.
De esta manera, la mandataria ratificó su intención de llegar ante Benedicto XVI sin ningún frente de conflicto abierto con la Iglesia, una relación que desde el 2003 ha estado marcada por una tensión permanente, pero que actualmente transita por el diálogo. A tal punto es así, que la presidenta llega a Roma con el apoyo del Epìscopado por el decreto de asignación familiar por hijo y el proyecto de reforma política. Allegados a la primera mandataria revelaron que esto es porque ella mantiene una posición "más permeable" que su marido y antecesor en el cargo, a los habituales pronunciamientos críticos de los obispos y el cardenal Jorge Bergoglio
La nutrida comitiva oficial la conforman el canciller Jorge Taiana, el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, y el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, entre otros. En representación del ex presidente Raúl Alfonsín, en cuya administración se rubricó el acuerdo el 29 de noviembre de 1984, estará su hijo Ricardo.
El encuentro con el Santo Padre se realizará el sábado por la mañana en El Vaticano. Antes de partir, Taiana resaltó que el Tratado de 1984 "puso fin a una situación de tensión y de posible conflicto armado generado por dictaduras nefastas" que podrían haber "destruido a pueblos hermanos". Destacó la intervención de Juan Pablo II que fue, dijo, "determinante al permitir la gestión del cardenal Antonio Samoré". El sábado a la mañana, Fernández de Kirchner y Bachelet se encontrarán en las puertas del Estado del Vaticano para luego ingresar a la Casa Pontificia. Fernández de Kirchner y Bachelet tendrán audiencia individual y luego en forma conjunta serán recibidas por Benedicto XVI.