Sandro continuará asistido con respirador artificial hasta que recupere la fuerza muscular necesaria para hacerlo por sus propios medios, dijeron hoy los integrantes del equipo médico que le practicaron un trasplante cardiopulmonar el viernes en el Hospital Italiano de Mendoza. Claudio Burgos, jefe del equipo médico, destacó que el cantante "está evolucionando bien" y aseguró que su reconexión a un respirador artificial "no es un retroceso" en la recuperación.
Al dar a conocer un nuevo parte médico, Burgos afirmó que con el correr de los días se irán "eliminando las grandes situaciones de riesgo elevadas", aunque no quiso aventurar si Sandro, llamado Roberto Sánchez, pasará Navidad y Año Nuevo en el centro asistencial de la capital mendocina.
Tras explicar que la reconexión al respirador "es parte del proceso" posterior a la operación, precisó que se tomó esa decisión "porque el paciente padecía cierto cansancio muscular" y era necesario "ayudarlo a respirar". "Tiene el pulmón denervado y tiene que toser de forma voluntaria para eliminar las secreciones", puntualizó el médico, al señalar que como no puede hacerlo todavía, debieron ser aspiradas por los neumonólogos.
El médico reiteró que como Sandro todavía está débil, tuvimos que hacer una "toilette bronquial". "Estamos conformes con la limpieza y se va a re extubar. La placa de hoy está muy bonita, está impecable. El resultado fue satisfactorio", subrayó.
En tanto, el neumonólogo Juan Carlos Behler advirtió que "no hay que olvidar el contexto clínico. Las secreciones son normales. A medida que pasan los días tienen que ir diminuyendo, respondió bien". Burgos insistió en el "buen ánimo" del cantante. Antes de la intervención "nos sacamos una foto con los médicos y pidió un peine. Apareció su coquetería", bromeó. El equipo médico informó además que mañana ofrecerán un nuevo parte médico sobre la evolución del cantante tras el trasplante múltiple.
Por otra parte, fuentes judiciales revelaron a DyN que fue el juez de instrucción Roberto Ponce quien finalmente autorizó la ablación de los pulmones y el corazón de un joven de 22 años que se había disparado en la cabeza, pese a la oposición del médico forense y de un fiscal.
Según documentación a la que tuvo acceso esta agencia, el joven que terminó siendo donante agonizaba en el Hospital Italiano de Buenos Aires cuando sus padres resolvieron "donar sus órganos, contactándose con la autoridad administrativa correspondiente para así exteriorizar tal voluntad".
La comisaría 10ª de la Policía Federal dio intervención a la Justicia y el fiscal Horacio Amelotti pidió un examen de "evaluación" del potencial donante al Cuerpo Médico Forense. Tras ese trámite, el fiscal se opuso a la ablación de los órganos porque la ley de donación de órganos establece en el artículo 27, inciso C, que "queda prohibida la realización de todo tipo de ablación cuando la misma pretenda practicarse sobre cadáveres de pacientes que hubieren estado internados en institutos neuropsiquiátricos".
El donante había estado internado "por afecciones de naturaleza psiquiátrica" y con un diagnóstico de "trastorno psicótico". Fue entonces cuando el juez Ponce, telefónicamente, autorizó la ablación de los órganos y a las 6 se dirigió a su despacho, en el quinto piso del Palacio de Tribunales, para redactar la resolución que confirmaba en papel lo que había decidido verbalmente, en una carrera contrarreloj de la que dependía, entre otras, la vida de Sandro.
DyN