LONDRES.- Gran Bretaña creó un plan secreto con la "opción" de derrocar al presidente iraquí, Saddam Hussein, dos años antes de la invasión a Irak, que se produjo en marzo de 2003, según se desprende de la investigación que el Reino Unido inició ayer sobre la guerra de Irak.
En el primer día de audiencias, el ex funcionario del Foreign Office -la Cancillería británica-, William Patey reveló la existencia de un documento que incluía la opción de "cambio de régimen", a implementarse si las sanciones de la ONU parecían no ser efectivas para contener a Saddam Hussein.
Tanto Patey como el director político del Foreign Office, Peter Ricketts, que actualmente se desempeña como secretario permanente del gobierno, indicaron que las políticas para derrocar al presidente iraquí "eran provisorias" y que la medida "operacional" fue la diplomacia a través de Naciones Unidas.
La existencia del documento generó especulaciones en relación a si el ex primer ministro británico Tony Blair complotó con el ex presidente estadounidense George W. Bush para invadir Irak. Patey y Ricketts indicaron durante las audiencias que por ese entonces percibían que derrocar a Hussein "sería ilegal" a pesar del pedido de Estados Unidos para lanzar una acción militar.
Blair, quien junto al ex presidente estadounidense George W. Bush ordenó la invasión en marzo de 2003 para derrocar a Saddam Hussein, será un testigo clave en la causa, cuyas audiencias son públicas.
El informe final sobre la investigación, que abarca el periodo entre 2001 y 2009, no se espera que se conozca antes de las elecciones generales previstas para junio de 2010, informó Europa Press.
Por no tratarse de una pesquisa judicial, los testigos no tendrán que dar evidencia bajo juramento ni habrá representación legal.
El equipo investigador, compuesto por cinco miembros, encabezado por el ex funcionario sir John Chilcot, fue designado el pasado mes de junio por el primer ministro, Gordon Brown, con el fin de aclarar las razones que llevaron a Londres a participar en la invasión de Irak junto con Estados Unidos.
Durante esta primera audiencia, Chilcot quiso dejar claro que la investigación será imparcial y crítica con quien tenga que serlo si los resultados así lo determinan. "Queremos facilitar un entendimiento claro de los varios elementos centrales de la implicación de Reino Unido en Irak y cómo evolucionaron en el tiempo", explicó. "Estamos comprometidos, y los británicos pueden esperarlo de nosotros, a garantizar que será (una investigación) rigurosa, imparcial, objetiva y justa", aseguró Chilcot. "No estamos en un tribunal o en una investigación judicial o en una investigación legal y nuestro proceso reflejará esa diferencia", prometió Chilcot, quien insistió en que "nadie está siendo juzgado, nosotros no podemos determinar la culpabilidad o la inocencia" puesto que "sólo un tribunal puede hacerlo".
(DPA/Télam SNI)