Una población de 1.200 habitantes, 300 de los cuales trabajan en la municipalidad. Un pueblo generado a partir de la instalación de una represa. Sobre gigantes rocas rojas que guardan tesoros paleontológicos. A la vera del lago artificial más grande de argentina. Una organización urbana particular, diferente, de serie de tv norteamericana. Una localidad que se recorre a pie.

Un lugar donde la iglesia, las casas, las veredas, las plazas, el centro comercial, o el edificio que ocupa el municipio fueron pensados por arquitectos y construidos de un tirón en 1967.

Sin embargo, con todas estas características de lugar diferente, la particularidad que lo ha hecho reconocido en el mundo es la gran cantidad de piezas paleontológicas descubiertas en los alrededores, que se estudian en el laboratorio del Museo Ernesto Bachmann. Entrar allí es como jugar a "Jurasic Park": un húmero puede tener tres metros y un diente, hasta 20 centímetros.

Dentro de un bochón de yeso hay un dino que el encargado del museo, Juan Canale, llamó Skorpiovenator bustingorryi.

Canale llegó desde La Plata hace cuatro años. Tenía 26 y apuró sus últimas materias para instalarse en la villa. Allí trabaja acompañado por otro paleontólogo y cinco técnicos.

En esta profesión tan extraordinaria las tareas se dividen según la época del año.

"En noviembre salimos todos al campo a hacer las exploraciones. Buscamos indicios de que hay material, restos fósiles y vemos qué vamos a sacar", cuenta Juan Ignacio.

Entre febrero y marzo se hacen las excavaciones. Para eso se realiza un bochón cavando alrededor del hallazgo y colocando yeso hasta formar un molde gigante para que la roca que contiene los huesos no se rompa durante el traslado. Luego se lleva ese mochón al laboratorio.

Hace cuatro años apareció Skorpiovenator bustingorryi. El nombre de las nuevas especies siempre tiene que ver con las características del animal y del lugar donde se lo encontró. Por eso lo nombró "skorpion", que significa alacrán pues había uno de ellos en el sitio. "Venator", que significa carnívoro y "bustingorryi" hace referencia a la familia Bustingorry propietaria del campo donde apareció. La última "i" latiniza el apellido. Es raro encontrar un material tan completo. Hace cuatro años que lo están preparando.

MARIANA BENíTEZ
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