Martes 24 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
"Trabajadores sociales..."

Ya basta.

No nos preguntemos más cuándo acabará la violencia en los estadios. Tampoco si alguna vez los barras serán juzgados por sus crímenes.

No sigamos preguntándonos cómo hicieron los ingleses con sus hooligans. La comparación no tiene sentido. Y menos creer que si ellos pudieron, nosotros también.

Aceptémoslo. Las barras son parte del fútbol . Son instituciones. Interlocutores válidos.

La ¿trasnochada? idea de Marcelo Mallo, puntero kirchnerista, de fundar HUA (Hinchadas Unidas Argentinas) para ¡terminar con la violencia en el fútbol!, según sus propias palabras, cierra una historia en la que las barras fueron siendo aceptadas como parte del sistema.

Hinchadas (des)unidas argentinas. Como nunca antes, en los últimos tiempos se han profundizado las diferencias internas. Desde 2007 murieron diez barras a manos de violentos del mismo club. Tampoco parecen muy unidas las barras entre sí. Basta con escuchar los cantitos que se dedican recíprocamente en cada partido.

El Estado vino a solucionarle a los clubes argentinos sus dos problemas más graves: la economía y la violencia. Con la estatización de las transmisiones, los clubes levantaron sus deudas más urgentes y con HUA, las barras ya no se discuten. Se las acepta. De ahora en adelante, serán buenos muchachos y muchachos buenos.

En una nota al diario La Nación, Mallo, hombre cercano a Aníbal Fernández, afirmó que el dinero para que las barras viajen al Mundial no lo pondrá el Gobierno, pero aseguró que su objetivo es llevar la bandera "Kirchner 2011" al Mundial de Sudáfrica. Y apuesta a que esta nueva ONG, de "trabajadores sociales", se convierta en una agrupación política "¡que le aportará muchos votos a Kirchner!". Unos 200 barras ya firmaron el acta de HUA, muchos de ellos, con bastante sangre en sus manos...

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