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	Organizaciones sociales, gremiales y políticas conforman este movimiento que aún no blanquea sus aspiraciones electorales.

NEUQUÉN (AN).- Unión por los Neuquinos, desde hace tiempo, le viene tomando prestados los símbolos al MPN -cuando no algún dirigente- y ayer también se le apropió de un espacio. No del partido en general sino de un sector, el sobischismo, ya que junto a la conducción de la CTA, la Confederación Mapuche, organizaciones de Derechos Humanos y referentes sociales y sindicales de todo el país, copó el estadio Ruca Che.

Fue el corolario de tres días en los que, en el marco de la Constituyente Social, se discutieron los lineamientos de la gran asamblea nacional que el espacio planifica para 2010 para acordar una propuesta concreta para disputar el poder político en 2011.

Y fue ese el aire que se respiró en el polideportivo que en los últimos años alternó como sede de eventos artísticos y soporte de aventuras políticas de dirigentes locales, como cuando con el pretexto de su campaña presidencial, Sobisch invitó al por entonces presidente de Boca, Mauricio Macri, para seducirlo con su poder frente a un Ruca Che repleto de militantes.

En contraste, la CTA, organizaciones sociales de las más variadas y partidos políticos -de los que no dominan la escena- mostraron, quizás no su poderío actual, pero sí el trabajo que, desde las bases, intentarán plasmar en una opción "para gobernar el país" a partir de 2011.

El evento estuvo dirigido por Víctor De Gennaro, que llegó el jueves a Neuquén, como otras más de 6.000 personas que trabajaron en las comisiones.

Ayer al mediodía, cuando se cerró la actividad, muchos de los asistentes habían vuelto a sus provincias, pero alcanzó con los miles que se quedaron para copar el polideportivo. La organización estimó según la capacidad del estadio y se conformó con "entre 5.000 y 6.000 personas".

Los micros se amontonaron en el ingreso, se cerraron calles y las gradas se cubrieron, y a pesar de que las sillas plásticas hicieron bulto en el piso, la concurrencia rondó ese número. "Somos 10.500", dijo el dirigente de UNE, Mariano Mansilla, pero sólo para ganarle a las 10.000 personas que el ex gobernador anunció que reunirá en un acto que planificó en el mismo espacio para el 11 de diciembre.

Marcelo Guagliardo (ATEN), Julio Fuentes; Sandra Rodríguez, las Madres de Plaza de Mayo y la Confederación Mapuche se sentaron en un escenario planificado, no en la calle y sobre un camión, como en tantas marchas. Comandaron un acto político, no una protesta ni una manifestación; fue un anuncio sobre las intenciones de, como se repitió hasta el cansancio desde el palco, avanzar hacia un modelo de gobierno con una democracia cada vez más directa, "donde los representantes no sean los que mandan".

Los números de la actividad que comenzó el viernes con carpas en Butaco y terminó ayer en el Ruca Che fueron fuertes: 827 organizaciones sociales, 21 partidos políticos, delegaciones sindicales de todas las provincias, dos días puros de debate y miles de kilómetros en micro para llegar y para irse. En ese marco, el resumen que se expuso del trabajo en comisión, tuvo sustento. Se habló de redistribución del ingreso, de tomar intervención en las decisiones, de presupuestos participativos, de asambleas comunitarias y de una propuesta para llevar a las urnas. "Nos debemos un movimiento político", remarcaron los delegados.