SANTIAGO DE CHILE/LIMA (DPA).- Un mitómano chileno, que suele intentar engañar a la prensa en su país, hizo creer a medios peruanos que él era un espía chileno a cargo de una red de informantes en el Perú.
El sujeto, identificado como Juan José Soto Vargas, dijo en otras ocasiones ser amigo de la presidenta Michelle Bachelet, exiliado, espía del dictador Augusto Pinochet por el mundo y víctima fatal de un reciente accidente aéreo en Madrid.
También aseguró ser víctima de la erupción del volcán Chaitén en el sur de Chile y ser perseguido por el ex presidente Ricardo Lagos.
Ayer Soto Vargas llamó a una radio peruana, a la cual aseguró ser el contacto del supuesto espía peruano Víctor Ariza, a quien en su país se acusa de vender información a Chile.
Las mentiras de Soto Vargas ya causaron problemas en años pasados en Argentina, Bolivia y en el propio Chile, indicó el diario peruano "La República".
El hombre dijo a radio RPP que está refugiado en Argentina y que actuó en el supuesto espionaje por órdenes de la Fuerza Aérea Chilena (FACH) y con conocimiento del gobierno de Bachelet.
"Tengo que decirles que el gobierno chileno le está mintiendo a la República del Perú porque nosotros fuimos contratados. Nos ordenó el comandante en jefe de la FACH (general Ricardo Ortega) que hagamos el trabajo", afirmó. S
oto Vargas, que se presentó como un médico vinculado a los servicios de Inteligencia, dijo ser el "Víctor Vergara Rojas" que aparece en los mails incautados como contacto chileno en la supuesta operación de espionaje.
"Tuvimos que fugarnos de Chile porque en este tipo de cosas la solución que tienen los gobiernos es matar a las personas. Todo estaba en conocimiento del jefe de la FACH, de la presidenta Bachelet y también del canciller Mariano Fernández", agregó.
El gobierno de Chile niega enfáticamente el espionaje y desmiente que haya en sus filas alguien que lleve el nombre de Víctor Vergara Rojas o de alguno de los otros supuestos contactos chilenos en la operación mencionados por el Perú en sus pruebas.
Por otro lado, desde hace años se viene advirtiendo desde algunas organizaciones que Soto Vargas tiene una cierta fijación hacia las asociaciones o centros chilenos, principalmente a aquellos centros que tienen sedes. Así ha visitado periódicamente, desde 1998, Monte Grande, Tres de Febrero, Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata, Trelew, Comodoro Rivadavia, Neuquén, Santa Cruz, Mendoza, Río Negro, a los que ha visitado con su numerosa familia, exigiéndoles que le otorguen albergue. Transcurrido un tiempo en que acumula cierta información, emigra a otro lugar.