Sábado 21 de Noviembre de 2009 > Sociedad
El eterno dilema del dinero en la pareja
Antes una mujer se casaba y su marido era el que mantenía el hogar. Hoy, "los hombres quieren ejercer la autoridad patriarcal, pero a la vez no tienen con qué", sostiene la periodista e historiadora Leni González.

El dinero, eterno dilema en las parejas de todos los tiempos, vuelve a las páginas de un libro escrito, esta vez, por la periodista e historiadora Leni González quien se pregunta "¿Quién paga? El dinero en la pareja del siglo XXI". 

"En los 60, -dispara González en una entrevista con Télam- estaba todo más claro: una mujer se casaba y su marido tenía que trabajar para mantener el hogar. Ella podía tener un hobby que podía representar una entrada, pero para sus gustos personales".

"A ningún hombre le molesta que la mujer gane más dinero, ni que lo invite a cenar, no le molesta que la mujer lleve los pantalones", cuenta la autora, que en el libro analiza el segmento etario masculino entre los 28 y los 50 años.

González relata que los sociólogos hicieron estudios sobre el origen de las jefas de hogar que remite a las clases populares desde la época que se lanzaron los planes: "pero hay una diferencia muy sutil entre ser jefa de hogar y ser sostén de familia".

La periodista explica que "en vez de denominarla jefa se debería llamar principal sostén de hogar que no es lo mismo. El sueldo de la mujer puede ser el único o la entrada económica más importante, pero no por eso la reconocen como jefa", insiste.

A lo largo del libro, explicita la autora, "voy pasando por los modelos de pareja que van desde los tradicionales que son `como lo que Dios manda`, hasta las parejas que `tiran juntos del carro` en donde los dos aportan y llevan económicamente adelante la familia".

Editado por Sudamericana, el libro trata casos de mujeres que atraviesan por situaciones de separación "por haber tenido que mantener a espíritus sensibles, incapaces de buscar un trabajo estable, y luego de esa ruptura buscan un hombre con un perfil diferente, pero, en algunos casos el sueño de la estabilidad también se rompe".

"Está la idea del tango llorón que cuando una pareja se separa el que se a vivir a una pensión sin nada es el hombre, y que tiene que trabajar horas extras para pasarle dinero a su ex que se quedó con la casa y el mobiliario. Pero la realidad demuestra que la que se empobrece es ella que tiene que cargar con el peso de los hijos, las deudas y sus propios gastos". 

Con prólogo del periodista y escritor José Luis Alvarez Fermosel, quien asegura que la que paga "es la mujer, por supuesto. Desde el café de la segunda o tercera cita (...), la mujer paga hasta los vidrios todos y, si no, que se lo pregunten a Susana Giménez, cuando rompió el famoso cenicero contra la testa de Huberto (Roviralta)".

"Muchas veces se habla que `todas las mujeres son una zorras que lo único que hacemos es sacarle la plata al marido, que los hacemos mierda`, pero salvo algunas 'vedettongas' de TV, no conozco muchas mujeres que actúen de esa manera. Somos muchas las que bancamos los hogares, incluida la Giménez", afirma entre risas González.

¿A las mujeres les gusta ser mantenidas o mantenerse? "Qué se yo -responde con ironía-, soy parte del desconcierto. Me encantaría tener la receta de la felicidad en pareja, pero es muy difícil. "En estas épocas se rompió el mapa. Los hombres quieren ejercer la autoridad patriarcal, pero a la vez no tienen con qué. Las mujeres ya no somos princesas ni buscamos al príncipe azul, jugamos a eso, por eso en las primeras citas nos gusta que nos paguen, pero en estos tiempos hay que pagar a medias", admite con resignación.

González finaliza diciendo: "En el fondo, a las mujeres les gusta ser independientes pero les sigue gustando, también, el ramo de rosas, los bombones y las salidas románticas".

Télam

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