Martes 17 de Noviembre de 2009 Edicion impresa pag. 35 > Deportes
No lo perdonó
Racing se llevó un premio demasiado alto ante el Pincha. Lugüercio amargó a su ex equipo. De Olivera, figura.

Que Racing haya sumado tres puntos y que Estudiantes se haya ido de Avellaneda con las manos vacías sólo se entiende porque el fútbol muchas veces no sabe de justicia y, como alguna vez lo analizó al gran Dante Panzeri, es "la dinámica de lo impensado".

El 1-0 fue un enorme respiro para la Academia, que dejó el último lugar de la tabla, y aportó cierta tranquilidad a la recién iniciada gestión de Vivas. Para el Pincha perder este partido significó casi despedirse del Clausura, porque quedó a seis puntos de los líderes Banfield y Newell´s, a falta de cinco fechas para todos y cuatro para el equipo platense, que ya adelantó con Central.

Ahora sí podrá poner la cabeza completa,y sin remordimientos, en el Mundial de Clubes.

Las cosas arrancaron bien para Racing, porque apenas iban 20 minutos cuando Pablo Lugüercio, un ex Pincha, aprovechó un error de Clemente Rodríguez y desde afuera del área clavó una estocada baja e inatajable.

Desde ahí fue casi todo de Estudiantes, que se adueñó del balón y jugó siempre en campo local, aunque en el PT careció de precisión en los últimos metros para inquietar al arquero De Olivera, el gran "culpable" de la victoria académica. El Pincha inquietó poco en la etapa inicial, pero en el complemento fue un verdadero monólogo suyo.

La historia pudo cambiar a los 3 del ST, cuando Boselli quedó mano a mano con De Olivera, pero el ´1´ tapó con mucho esfuerzo el remate del delantero. Ni siquiera esta situación y la sensación de que el empate podría llegar en cualquier momento hicieron cambiar la postura de Racing, y eso se vio reflejado cabalmente en el hecho de que su primera llegada recién se produjo a los 28, cuando Avendaño metió un cabezazo bombeado que demandó el esfuerzo de Albil.

Después, Verón ejecutó un tiro libre, Ré cebeceó y la pelota dio en el travesaño.

Corrían 31 y el tiempo a Estudiantes se le escapaba, pero tuvo una última chance en el minuto final, aunque De Olivera le dijo no a un remate de Salgueiro y entonces Racing pudo festejar un triunfo que no mereció.

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