Alrededor de 40 mil infartos agudos de miocardio se producen por año en Argentina y se emplean poco las intervenciones quirúrgicas para atacar la enfermedad, reveló hoy el informe preliminar del Congreso Nacional del Colegio Argentino de Cardiólogos Intervencionistas (CACI).
Ese encuentro, que se desarrollará el 27 y 28 de noviembre en Paraná, abordará los resultados de los procedimientos intervencionistas y la mayor necesidad de su empleo en el país. Rubén Piraíno, vicepresidente del CACI, sostuvo que "Argentina es un país con incidencia elevada de infarto agudo de miocardio y el tratamiento de elección en el mundo es la angioplastia".
Piraíno explicó que esa intervención "consiste en introducir en la arteria coronaria bloqueada un catéter especial para desobstruirla". En ese sentido, el cardiólogo añadió que "a menudo, ese procedimiento, incluye la colocación de una malla metálica (stent) que mantiene la arteria desobstruida, con o sin liberación de fármacos".
Insistió que "ese es el método más eficiente hasta el momento y mejora el pronóstico de los pacientes, quienes viven más y mejor". Sin embargo, José Manuel Gabay, miembro del Comité Científico del CACI, alertó que "en Argentina se producen alrededor de 40.000 infartos agudos de miocardio por año y se realizaron apenas 3.591 angioplastias directas el año pasado".
Gabay subrayó que "menos del 10% de los pacientes son tratados con angioplastia, un 30% recibe terapéutica farmacológica (fibrinolíticos) y más del 50% no tiene un tratamiento específico". En igual sentido, Omar Santaera, presidente del CACI, señaló que "en estudios diagnósticos se realizaron en el país 1.247 coronariografías por millón de habitantes, menos del 50% de la tasa estimada para el mismo período en España y algo menos del 30% de lo reportado en la Sociedad Europea de Cardiología en 2005".
"A nivel terapéutico -acotó-, se realizaron 529 intervenciones coronarias por millón de habitantes en Argentina, mientras que en Uruguay la tasa fue de 832 por millón, casi un 50% más" en un territorio con menos población afectada. La cardiología intervencionista es una especialidad dedicada a realizar procedimientos de diagnóstico y tratamientos mediante intervenciones por cateterismo.
Los dispositivos se introducen en el interior de arterias y venas por punción o a través de una mínima incisión y permiten llegar al interior de los diferentes órganos afectados, evitando muchos de los riesgos de la cirugía convencional. El desafío para Argentina, a diferencia de otros países, es el poder aplicar a corto plazo los métodos mínimamente invasivos en cirugías valvulares, debido que aún no cuentan con la autorización de los organismos sanitarios y se realizaron algunas experiencias por protocolo médico, con la autorización del paciente.
(Télam)