LIMA.- El presidente del Perú, Alan García, acusó a Chile de actos de espionaje que calificó de "repulsivos", mientras que el gobierno de Santiago desmintió su participación en el episodio, que va generando nuevos capítulos cada día que pasa y amenaza con tensar aún más las relaciones entre los dos países.
Mientras la prensa peruana revela cada vez más detalles del escándalo conocido tras la captura de un oficial peruano denunciado por transmitir información secreta al país vecino los partidos chilenos salieron ayer en bloque a respaldar al gobierno de Bachelet y acusaron a Lima de montar un operativo de prensa para desprestigiar al país y dañar la relación.
"Quiero expresar (...) mi rechazo enérgico y categórico a esta ofensa que se hace a la soberanía del Perú", dijo el mandatario en Lima poco después de encabezar una sesión el Consejo Nacional de Seguridad, que se reúne cuando hay amenazas contra el país. "Estos son actos repulsivos que no corresponden a un país democrático y que dejan muy mal la presencia de Chile ante el mundo", agregó, culpando del episodio a "algunos sectores, no al gobierno chileno en su conjunto, ni al pueblo chileno".
Esos sectores "todavía conservan las costumbres dictatoriales y pinochetistas en la relación de Chile con sus vecinos", dijo dejando en claro que "no hemos dicho que la presidenta Michelle Bachelet sea responsable". Anunció que pedirá a la Interpol verificar los correos electrónicos enviados por el presunto espía peruano a su contraparte chilena.
Horas más tarde el canciller chileno, Mariano Fernández, respondió a García señalando que "Chile no tiene nada que ver en este caso. No tenemos ninguna información disponible que permita vislumbrar siquiera algún tipo de participación chilena".
"Hemos revisado minuciosamente cualquier posibilidad, y yo les puedo decir responsablemente y de manera muy seria: no hay instituciones del Estado chileno que tengan ninguna práctica, ni funcionarios dedicados a este tipo de actividades", dijo
Tras conocerse el jueves la detención de un oficial de la Fuerza Aérea Peruana, Víctor Ariza, bajo el cargo de espiar para Chile, Lima reaccionó expresando su fuerte molestia El caso Ariza se halla en manos de un juez civil e involucra hasta ahora a otras tres personas -un peruano y dos chilenos-, que tienen órdenes de captura. Sobre esos dos ciudadanos chilenos, que la Justicia peruana presentó como "presuntos militares", el canciller Fernández dijo que sus nombres no figuran en ningún archivo en su país.
Chile negó tajantemente el espionaje, y deslizó sospechas de que Perú escogió el momento para hacer pública la denuncia, ya que la captura del militar peruano se dio el 30 de octubre y tan sólo se conoció dos semanas después.
En Santiago políticos chilenos de todas las tendencias dijeron que existe una campaña para dañar la imagen de Chile. "Es una estrategia comunicacional concertada de Perú para crear la sensación de que Chile es un país belicista y agresor", dijo el senador oficialista Jorge Pizarro, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado chileno. Pizarro ligó la denuncia de Perú con el anuncio de que Chil compraría a EE.UU. más de 660 millones de dólares en armas. El escándalo de espionaje se conoció horas después.
Incluso desde la oposición de derecha surgieron voces a favor . "El gobierno que tiene que salir al paso con una estrategia comunicacional, para poder demostrar que lo que se está diciendo son falacias", dijo el senador Sergio Romero (Renovación Nacional).
Chile y Perú mantienen un litigio por sus límites marítimos en la Corte de Justicia de La Haya, que ha tensado los últimos años las relaciones entre ambos países. Los dos países se enfrentaron en la Guerra del Pacífico en el siglo XIX, en que Perú perdió territorio, que ha dejado heridas.