VILLA LA ANGOSTURA (AVLA).- Un matrimonio resultó herido de bala cuando dos delincuentes, haciéndose pasar por turistas, ingresaron a la hostería para pedirles agua y los asaltaron. Ocurrió el sábado por la noche en la Hostería "7 lagos", de la familia Quintupuray, ubicada a unos 25 kilómetros de La Angostura por la ruta Siete Lagos, lindera al camping sobre el lago Correntoso que también administran.
Según informó el comisario Nelson Ledesma, alrededor de las 21 dos hombres de unos 35 y 25 años ingresaron para pedirles agua caliente para mate. En el establecimiento se encontraban Doradisa Quintupuray, de 41 años, su esposo Segundo Matías de 49, y tres mujeres de la familia.
"Cuando la señora se dio vuelta para cargar el agua, uno de los hombres sacó un arma y comenzó a gritar que era un asalto y que se quedaran quietos", detalló el comisario. Contrario a lo que usualmente sucede, la mujer no se asustó sino que los increpó. "Le empezó a gritar que guarde el arma, y en ese momento un perro Dogo que tienen en la hostería se abalanzó sobre el delincuente de más edad, quien comenzó a disparar. Se pusieron nerviosos. Uno de los proyectiles le dio en un brazo a Matías y el otro impactó en el brazo a Doradisa", dijo Ledesma.
Los delincuentes huyeron en un automóvil conducido por una tercera persona que a modo de "campana" habría esperado afuera. La familia llamó por radio a la seccional de Parques Nacionales y desde allí alertaron a la Comisaría 28.
El matrimonio fue trasladado al Hospital Oscar H. Arraiz de esta localidad y ambos evolucionan favorablemente. El hombre fue dado de alta ayer y la mujer continuaba internada en observación porque aún tenía la bala dentro del brazo.
La policía montó un operativo que incluyó a agentes de San Martín de los Andes, Villa Traful y La Angostura, aunque sin resultados positivos.
El comisario precisó que sobre la ruta, a metros de la entrada, la policía encontró guantes, cuellos de polar y gorros que habrían sido usados por los malvivientes para cometer el robo. El tipo de vehículo y el color, así como la presencia de una tercera persona involucrada en el robo, no pudieron ser confirmados por las víctimas.
La hostería y el camping son administrados por los Quintupuray, una familia de antiguos pobladores de la zona. Fuera de temporada no hay mucho movimiento turístico, por lo que el robo habría sido "al voleo". No obstante, en ese momento estaban alojados dos turistas norteamericanos.
