BUENOS AIRES.- Centenares de homicidios, secuestros y tormentos cometidos hace tres décadas en el campo de concentración de la dictadura, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), comenzarán a ser juzgados el próximo jueves cuando 19 ex marinos que integraron el celebre grupo de tareas 3.3.2 se sienten en el banquillo de los acusados del Tribunal Oral Federal 5 (TOF5) de la Capital.
Allí estarán entre otros Alfredo Astiz, que se hizo conocido mundialmente por infiltrarse en el grupo fundador de las Madres de Plaza de Mayo y "marcarlas" para su secuestro junto a dos monjas francesas; Alfredo Donda Tigel, que secuestró a su propio hermano y se apropió de sus hijas; Jorge "Tigre" Acosta, jefe de inteligencia del grupo famoso por su vehemencia en las torturas y hasta un ex canciller, el almirante Oscar Montes.
En este juicio se ventilarán algunas decenas de casos que ya habían quedado listos para su juzgamiento cuando las leyes de Obediencia Debida y Punto Final frenaron, en 1987, los juicios a los represores.
La instrucción de la "megacausa" ESMA número 14.217/03 realizada a partir del 2003 por el juez federal Sergio Torres agregó para este primer grupo de casos los del secuestro y asesinato del periodista Rodolfo Walsh, y el de 12 militantes de derechos humanos capturados en agosto del 77, entre ellas las monjas Alice Domon y Leónie Duquet y las "madres fundadoras" Esther Careaga, Azucena Villaflor y Mary Bianco.
El tribunal prevé que el juicio dure un máximo de seis meses durante los cuales desfilarán 280 testigos, muchos de ellos sobrevivientes, ya que el intento del entonces jefe de la Armada, Eduardo Massera, de cooptar cuadros montoneros para su propio proyecto político permitió a muchos de los 5.000 secuestrados que pasaron por allí -y que en su mayoría permanecen desaparecidos- salir del país y dar luego testimonio de actores y funcionamiento de la estructura.
Será el segundo juicio por la ESMA, ya que el primero fue el que se realizó hace dos años contra el jefe de la maternidad de la centro clandestino, el prefecto Héctor Febres, quien fue asesinado en su celda de la Prefectura del Tigre con una dosis de cianuro horas antes de recibir sentencia, en diciembre del 2007.
Al igual que entonces, el juicio lo realiza el TOF5, que fue criticado por su imprevisión en aquel momento y por la reciente absolución de tres coroneles que fueron jefes de área de seguridad en el juicio en que condenó a prisión perpetua al ex subjefe del Primer Cuerpo de Ejército, Jorge Olivera Róvere.
El juicio despierta una enorme expectativa, incluso internacional, ya que varios de los imputados, como Astiz, han sido juzgados en ausencia por la desaparición de ciudadanas connacionales de Francia, España e Italia. (Télam)