El 9 de septiembre perdí a la persona más importante de mi vida, mi esposo.

Me sentí muy acompañada por mis familiares y amigos pero me quedó una gran frustración, porque no pude brindarle a mi compañero lo mejor en el último momento. ¿Esto me habrá pasado por mi falta de información?

Soy socia de la cooperativa de agua potable y otros servicios de Luis Beltrán desde el 6 de marzo de 2001, casi desde sus comienzos, y mantengo las cuotas al día.

Esa madrugada mis sobrinos fueron a solicitar el servicio de sepelio de dicha entidad y, cumpliendo con mi deseo, pidieron el mejoramiento del ataúd que corresponde como socio.

En el transcurso del velorio, en medio del gran dolor, sin guardar el respeto que se merece una situación de estas características se acercaron en reiteradas oportunidades a solicitar que se abonara de inmediato la diferencia de 2.300 pesos originada por el cambio de ataúd.

Dicha suma fue inmediatamente abonada por mis familiares en la oficina tras solicitar la factura correspondiente.

Pasados unos días, cuando me contaron lo sucedido y me dieron la factura vimos que la misma reflejaba que el ataúd que nos cobraron era cód. 101, es decir, el que corresponde proveer sin costo alguno a los socios. Por tal motivo envié carta documento a la cooperativa, ente que sin ninguna objeción me devolvió el monto abonado.

Sé que errar es humano y perdonar es divino? pero tal vez unas disculpas hubiesen hecho que mi desilusión ante esta entidad no fuese tan grande, ya que el servicio que quería para mi esposo no se lo pude brindar.

Áurea Pividori de Arbeloa, LC 6.490.112

Luis Beltrán