La vuelta de Viejas Locas, emblemático grupo del rock barrial argentino tras nueve años de ausencia, reunió anoche en Vélez a una multitud estimada en 40.000 personas, pero los incidentes registrados en las afueras del estadio -que no afectaron el desarrollo del show- empañaron la celebración.
Debido a la presencia de un grupo de jóvenes que pretendieron ingresar al recital sin tener entrada, se desató una batalla campal en las afueras de Vélez que dejó 30 heridos y 40 detenidos y que involucró también a integrantes de la barra brava del club, que regresaban del sur del conurbano bonaerense donde su equipo perdió 3 a 0 contra Bánfield.
Aún dentro de la cancha y ocupando "su" lugar en la cabecera local, los miembros de La Pandiya, cómo se denomina a la barra velezana, quisieron imponer sus cánticos de cancha y sólo recibieron la reprobación general.
Los desmanes en el exterior, que se iniciaron desde las 21, no impidieron el normal desenvolvimiento del concierto del cuarteto liderado por Cristian "Pity" Alvarez, que salió a escena desde las 22, apenas media hora más tarde de lo pautado.
Una andanada de fuegos artificiales acompañó el inicio con "Intoxicado", que desató una impactante fiesta corporal y colectiva para iniciar un camino de regreso que incluyó los añorados hits que la banda supo volcar en sus tres discos.
"638", "¿Qué vas a hacer tan sola hoy?", "Me gustas mucho", "Simpática demonia", "Difícil de entender", "Hermanos de sangre", "Perra", "Homero", "Niños" y "Una piba como vos", desfilaron con la sólida sencillez de su propuesta y azuzaron el candente fuego de esa multitud dispuesta a vibrar y hacerse notar, incluso, prendiendo un par de bengalas.
El repertorio sostenido entre Abel Meyer (batería), Fabián "Fachi" Crea (bajo), y "Pollo" Tolosa (guitarra) se aderezó con una atractiva puesta que incluyó ua pantalla circular y un poderoso entramado lumínico que de tanto en tanto proyectaba el logo de la banda.
De excelente humor y ajeno a los desbandes previos que se extenderían a la salida, el "Pity" disfrutó al cantar aquellas viejas canciones y hasta bromeó a su tropa aconsejándole que "si van a tirar zapatillas, que sean (número) 41".
Con la previsible estética de su propuesta, Viejas Locas regresó sin fallas y sin sorpresas pero los cruces entre sus fans y la policía dejaron en un muy lejano segundo plano a la fiesta del reencuentro.
Télam.-