En su obra "Tiempo Cero", Ítalo Calvino narra el encuentro con el primer pájaro sobre la tierra. En esa ocasión primigenia no se podía llamar "pájaro" a aquello que aún no tenía nombre. Pájaro era un ser imposible, diferente de todo los terrestre, difícil de comprender en ese lugar y tiempo. Y sin embargo, realidad tangible.
Los políticos de San Martín de los Andes acaban de encontrar su "pájaro". No se trata de un ave mitológica, sino de una cotidiana y moderna, a pesar de que peina los 40 años.
De hecho, su uso en el mundo y, en particular, en los países dominados con puño de hierro, hace de este pájaro un constructor de voces múltiples e indetenibles, capaces de penetrar los asuntos más reservados. Pero por estas tierras aldeanas, claro, las cosas llegan un poco tarde. Eso sí, llegan...
La rimbombante disputa por la relocalización de la terminal de ómnibus, que un inversor privado pretendía concretar a cambio de una porción de la manzana que esa estación ocupa en la actualidad, valuada en varios millones de pesos, naufragó por la fortísima reacción de vecinos y organizaciones sociales y empresarias, cuyo vehículo de inmediatez ha sido
la internet.
Desde luego, no es el primer tema que despierta polémicas por aquí y tampoco el primero que se discute en la ciudad desde la red . Pero esa tendencia se acentuó de manera dramática en los últimos meses.
La terminal, el cambio de indicadores urbanos de la Vega Plana o la reciente creación de una multisectorial, son cuestiones que hoy corren a la
velocidad del ciberespacio.
Asuntos casi siempre acotados al plano del poder político, se horizontalizan en la red. Los vecinos crean foros, blogs; intercambian documentación; consultan a expertos o profesionales locales o de otros sitios; se citan a reuniones; se invitan a debates. Se movilizan.
Esa inmediatez estuvo en la raíz del miedo escénico con el que los concejales locales asumieron el proyecto de traslado de la terminal, promovido por la intendencia y presentado mediante la figura del derecho de iniciativa por un inversor privado.
Lo que acabó con el proyecto, al correr los plazos en el Concejo sin definir la declaración de interés publico, fue la oposición que encontró el oficialismo en diversos sectores. Pero esa oposición ganó espacio y vértigo por su mediatización y el uso de internet, en tiempo real con los acontecimientos.
La oposición en el Deliberante podría asumir que su negativa al proyecto y su campaña para abrir la discusión, encendieron la mecha y fueron un golpe a la quijada del MPN. Pero se equivoca si cree que esa es una victoria propia.
Sin la multiplicidad de reacciones otro habría sido el cantar. Por otra parte, lo fantástico del uso político de la red es que su dinámica no reconoce banderas. Hoy puede jugar a favor y mañana en contra de unos u otros.
Tengo la sensación de que este fenómeno, de lo más aceitado en otros sitios, llegó para quedarse también en San Martín. Sin embargo, de lo que no estoy tan seguro es de que los políticos de aquí y de allá hayan captado el mensaje, más allá de las aplicaciones electorales de la Internet. No sé si han sopesado que sus decisiones están como nunca sometidas al escrutinio público en tiempo real. Definitivamente, este es un pájaro que no se puede enjaular.