Sábado 14 de Noviembre de 2009 > Sociedad
Venecia, casi un "museo viviente"
En las últimas semanas, la población del centro histórico se redujo considerablemente. Es que si bien es un deleite pasear por callejones y canales la vida allí es para los que tienen resistencia física y económica.

La histórica Venecia se aproxima al temido estatus de museo viviente, con una población inferior a 60.000, un umbral simbólico que muchos consideran es el principio del fin de la viabilidad de una urbe. Mientras multitudes de venecianos huyen a otras partes del país en busca de viviendas más económicas y una vida con menos sobresaltos, los que se quedan realizaron una procesión fúnebre el sábado por el Gran Canal.

Varias decenas de góndolas, la primera de las cuales llevaba un ataúd adornado con flores, recorrieron el canal en forma de S invertida hasta el Ca' Farsetti, el palacio municipal, donde cientos de venecianos se unieron a la procesión.

Funcionarios municipales dicen que la noticia de la muerte de la ciudad es prematura. Lo cierto es que la población del centro histórico -las piazzas y callejones que rodean el canal- se redujo a 59.992 en semanas recientes, pero el jueves la cifra oficial era de 60.025.

"Le hacen un funeral a una población que está viva, no muerta. Y no morirá aunque baje a 59.999'', dijo Mara Rumiz, la funcionaria municipal a cargo de la demografía, en entrevista telefónica. Dijo que las cifras no toman en cuenta a los pobladores de las islas _como Murano, célebre por sus vidrieros, y la playa del Lido_ ni a los numerosos estudiantes y otras personas no registradas. Juntas, estas suman unas 120.000 almas.

Pero Venecia aún debe resistirse al destino de convertirse en una mera meca turística, dijo Rumiz. "Es evidente que Venecia debe conservar a sus habitantes y atraer nuevos. Si no, corremos el riesgo de que se convierta en nada más que una meca turística, un destino que no queremos'', aseguró la funcionaria.

Si bien pasear al azar por los callejones y canales venecianos es un deleite para el turista, la vida en la ciudad es para los que poseen resistencia, tanto física como económica. Los precios y rentas de viviendas equivalen a un tercio en la localidad cercana de Marghera. Y considérese la logística de una tarea cotidiana como comprar la leche y el pan. Hay que tomar un taxi acuático hasta el supermercado y otro para volver a casa con los víveres. Y dada la escasez de ascensores, hay que cargar con el bulto por las escaleras.

La Venecia histórica no admite la comodidad de un auto estacionado en la puerta. Sin embargo, ratificando el optimismo de Rumiz, el funeral del sábado culminó con una nota alegre de cara el futuro. Después que un actor con capa negra leyó poesías en dialecto veneciano sobre los problemas en la ciudad lacustre, los portadores abrieron el ataúd y desplegaron una bandera con La Fenice, la mítica criatura alada que renace de sus cenizas.

El ave fénix tiene un significado particular para los venecianos, ya que su teatro de ópera La Fenice _donde se estrenaron La Traviata y Rigoletto de Verdi_ se incendió en 1996 y renació en 2003. Después del final sorpresivo del funeral, los participantes descorcharon botellas de vino espumante y brindaron por el renacimiento de la ciudad.

AP

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