BUENOS AIRES (DyN) - La Iglesia advirtió ayer que "la democracia no se fortalece en la conflictividad de las calles y rutas, sino en la vigencia de las instituciones republicanas", al tiempo que reiteró su "preocupación" por la inseguridad y la pobreza "dramática" que padecen "muchos" argentinos.
"La violencia verbal y física en el trato político y entre los diversos actores sociales, la falta de respeto a las personas e instituciones, el crecimiento de la conflictividad social, la descalificación de quienes piensan distinto, limitando así la libertad de expresión, son actitudes que debilitan fuertemente la paz y el tejido social", alertó en una declaración.
Los obispos que participan de la asamblea plenaria, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, reclamaron, en una declaración, estructuras más justas que consoliden "un orden social, político, económico, con equidad e inclusión", aunque destacaron avances en la política social del gobierno.
"La situación de pobreza es dramática para muchos hermanos nuestros, aunque ya se han definido algunos caminos de ayuda y asistencia para las necesidades más urgentes", subrayaron, en alusión a la asignación familiar por hijo para quienes están desocupados o en situación de trabajo precario.
La Iglesia reconoció que "muchas veces no se encuentran fácilmente los medios para atender y canalizar las necesidades legítimas de los distintos sectores", pero insistió en advertir que "siempre se debe tener en cuenta que la democracia no se fortalece en la conflictividad de las calles y rutas, sino en la vigencia de las Instituciones republicanas".
En el documento titulado "Somos hermanos, queremos ser Nación", los obispos reiteraron preocupación por "la crueldad y el desprecio por la vida en la violencia delictiva, frecuentemente vinculada al consumo de drogas, que no sólo causan dolor y muerte en muchas familias sino también pone a los jóvenes en el riesgo de perder el sentido de la existencia". Cuestionaron además el "relativismo imperante" que, según afirmaron, "acentúa el individualismo que lleva al encierro y la indolencia frente al sufrimiento del hermano y a un progresivo acostumbramiento y resignación ante la pobreza y exclusión de muchos". Por otro lado, señalaron que "el consumismo exacerbado de unos pocos expresa la prevalencia de actitudes narcisistas y egoístas en la sociedad". La Iglesia insistió en alertar que la deuda social "no es solamente un problema económico o estadístico". "Es una crisis religiosa porque no hemos tenido suficientemente en cuenta a Dios como Creador y Padre, fundamento de verdadera fraternidad y de toda razón y justicia. Sin Dios estamos como huérfanos y la sombra del desamparo se expande sobre los que están a la intemperie social", precisó. Asimismo, reiteraron que la democracia debe fundamentarse en "el respeto a la Constitución Nacional y las leyes", "la autonomía de los poderes del Estado como principio fundamental de la República, y la vigencia de las instituciones".