Con un acto lanzado en el Ruca Che para fin de año, Jorge Sobisch mete presión al gobierno de Jorge Sapag, que está cerrando un año muy complicado, aunque confía en los síntomas de recuperación de la economía y en un 2010 de menor complejidad que el actual.
En el entorno sobischista aseguran que el ex mandatario no utilizará esta reunión para lanzar su candidatura a gobernador para el 2011, como sospechan sectores de la oposición y como también se piensa en algunos ámbitos del oficialismo.
Hay otro grupo que cree que Sobisch organiza "un Ruca Che para la Justicia", una suerte de mensaje a los jueces que intervienen en causas pendientes de resolución que lo involucran.
"Quiere hacer una gran demostración de poder", dijo un dirigente opositor, en alusión al acto en el que Sobisch piensa reunir a 10.000 personas, un número asfixiante para el Ruca Che, un estadio que tiene una capacidad equivalente a la mitad del ambicioso objetivo trazado por el sobischismo.
El ex gobernador tiene dos cuentas sin saldar en los tribunales. Son las causas conocidas como Fuentealba II y zona liberada. En la primera se investigan las responsabilidades políticas de decisiones que derivaron en la muerte del docente Carlos Fuentealba, ocurrida en abril del 2007 durante una represión policial en la Ruta 22, en Arroyito. En este caso aún se debe resolver un pedido de la querella para llamar a indagatoria al ex gobernador.
En la causa de la zona liberada Sobisch acudió, irritado y de malhumor, a una declaración indagatoria e intentó infructuosamente con un recurso judicial sacar al juez del medio. Esta investigación se inició porque la policía recibió órdenes para no intervenir en un enfrentamiento entre dirigentes y militantes del gremio de la construcción con docentes que manifestaban en la puerta de la destilería de Plaza Huincul. El hecho ocurrió el 30 de marzo del 2006.
Una fuente del sobischismo dijo esta semana que el acto de fin de año del estadio Ruca Che tampoco es para la Justicia y que las versiones que circulan alrededor de este encuentro "son sólo interpretaciones".
Pese a la desmentida, el vocero recordó que Sobisch sigue siendo "un hombre de la política y con vocación de poder", con lo cual se trata de una desmentida a medias.
En el entorno del ex gobernador dicen que en el acto habrá lugar para brindar un respaldo a la actual gestión, aunque en sectores del gobierno interpretan que los mensajes de apoyo son sólo formales.
En el oficialismo observan que Sobisch espera el desgaste de Sapag para actuar y están convencidos de que opera para lograrlo. "Los sobischistas se preocupan en divulgar datos que exageran los problemas económicos, planteando hipótesis casi de catástrofe", dijo una fuente del gobierno al analizar la estrategia del sobischismo para intentar el regreso.
Sobre el futuro de Sapag, esta semana circularon dos versiones opuestas. Una indicaba que el gobernador estaba organizando, para antes de fin de año, un encuentro en el espacio Duam, un centro de reuniones ubicado en el aeropuerto, para lanzar su reelección.
La información surgió de un sector interno del MPN, pero fuentes cercanas al gobernador la desmintieron. "La preocupación es gobernar y solucionar los problemas", manifestó un funcionario que acompaña a Jorge Sapag como un lazarillo.
El gobernador insinuó, en más de una ocasión, la posibilidad de su reelección. Lo dijo en reuniones realizadas en el espacio Duam ante funcionarios y empleados de la planta política a los que alecciona para que trabajen con vocación de poder.
El acto se habría postergado porque en el gobierno esperan un fin de año conflictivo, en los terrenos económico y social. Hablar de un nuevo proyecto para el 2011 en escenarios adversos es una estrategia contraproducente, razonan. "Será más adelante, tal vez el año próximo, cuando madure el momento para hablar de cuestiones electorales", dijo otra fuente del oficialismo.
El poder en el MPN está distribuido en porcentajes diferentes, pero el dueño del partido no termina de presentarse. La señal más clara de esta situación son las reuniones que Sapag mantiene con Sobisch de tanto en tanto para quitar presión a los problemas domésticos del partido. Y cuando no lo hacen en persona, ambos referentes del MPN utilizan intermediarios para enviarse mensajes, algo que ocurre con frecuencia, según admitió una fuente sobischista. "No es para hablar de cuestiones del gobierno, siempre de política o del partido", dijo el vocero sobre los contactos que establecen los emisarios.
Otro que quiere
En la interna apareció un tercero que busca un lugar en el partido. Es el diputado nacional José Brillo que blanqueó, tempranamente, su pretensión de transformarse en candidato a gobernador.
Pero en el mundo de los símbolos, Brillo no tiene ni un Ruca Che, como Sobisch, ni el espacio Duam, como Sapag.
Sobisch concurre al Ruca Che para los grandes momentos, como si fuera un templo o el circo romano. Es su salón de las fiestas preferido, aunque el lugar tiene historia, y desagradable, como el inicio de la represión, con cacería de manifestantes incluida, el día en que Pedro Alveal perdió su ojo, un caso que llegó a juicio y que se define por estos días.
El gobernador Sapag no pisa ese estadio porque preserva las cuestiones formales y marca distancia con el ex gobernador, especialmente en lo simbólico. Por eso encontró otro sitio, el espacio Duam, un salón multipropósito que sirve para lanzar un programa de gobierno, realizar una reunión de gabinete o disciplinar a la tropa para la reelección.
Éste es un lugar con otro estilo, más reducido y menos pretencioso que el Ruca Che. Pero es nuevo y descontaminado del pasado. A los efectos de mostrarse diferente a Sapag le sirve como estrategia, aunque si finalmente decide ir por la reelección tendrá que pensar en llenar el estadio.
GERARDO BILARDO
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